Él.
Soy un estúpido, debí de haber ingerido más. ¿Cómo pude hacerle eso a Jenna?, quise darles libertad pero no resultó. Por un momento siento su aroma inundándome, siento su piel y como aprieta mi mano.
—Lo siento —es su voz, es ella. Abro los ojos y la miro recargada en la camilla.
—Jenna —digo acercándola a mí con las pocas fuerzas que tengo
—Lo siento Massimiliano, prometí no dejarte y…
—No, no, perdóname, he sido un estúpido. He sido un… —digo con furia y es la verdad, ¿cómo pude beber así?
—Ya, ¿por qué lo has hecho? —dice en tono molesto y con los ojos bien abiertos. Puedo darme cuenta a simple vista que no h