DE CAMINO A CASA Meghan está muy callada. Después de lo abatida que se ha quedado con la visita al hospital, me preocupa que eso afecte a su embarazo, este está siendo duro a pesar de que ella intente fingir que no, y no puedo evitar que eso me afecte a mí también.
—Cariño, ¿quieres que paremos a comer algo?
No me contesta.
—Meghan, cielo —le pongo la mano en el hombro y reacciona.
—¿Qué? —pregunta, parece que no me ha oído.
—Te preguntaba si querías que parásemos a comer algo.
—No... no, prefiero ir a casa. Estoy cansada.
—Vale.
La miro de reojo mientras conduzco a casa, me preocupa su estado, parece demacrada y muy cansada. No debería haberme dejado convencer para ir al hospital, en su estado no debería vivir esas situaciones, y menos arriesgarse a que le hagan daño, no sabemos cómo podría haber reaccionado la hermana de Andrea, después de todo, M