- ¿Tu consulta es mañana, no?
Mariana asintió dubitativa y ella frunció el ceño al verla, algo raro le sucedía a su amiga.
-Yo te acompaño...
- ¡No! -Gimió ella con los ojos cargados de miedo-. Yo iré sola, no voy a molestarte más.
Carol entornó los ojos esbozando una sonrisa.
-No me molestas además aún no consigo trabajo, ¿Qué voy a hacer aquí aburrida? Y te recuerdo que estás enyesada en los dos brazos ¡Casi estás moribunda! -Dramatizó con diversión-, estoy aquí para cuidar de ti, para eso estamos las amigas.
Mariana cerró los ojos suspirando y una vez más Carolina frunció el ceño sin entender su reacción pero pronto lo ignoró cuando su mejor amiga le sonrió.
-Te quiero mucho Carolina, pero no deberías...
-No discutas, vamos a que te quiten esos putos yesos ¿Si?
Entonces asintió y ambas se fueron.
*
Finalmente le habían quitado los yesos a Mariana, aunque el doctor le había dicho que ahora tendría que hacer una serie de ejercicios.
-Voy a bañarme -le anunció Carol.
Y acto seguido Ma