Laura se quedó impaciente.
—¿Quieres perjudicarme? El aval significa chantaje, ¿no?
Me reí.
—Si tienes mis videos y tengo tu aval, podremos equilibrarnos. De lo contrario, ¿cómo podría darte 1,5 millones de dólares? ¿Soy estúpida?
Laura estaba convencida.
—Vale, lo escribiré. No creo que te atrevas a hacer trampas. He configurado el envío programado de los videos en las principales plataformas sociales. Si no me das el dinero a tiempo, todos verán esos videos. Ahora ya no tengo nada. No te tengo miedo. Natalia, no te metas conmigo.
Después de que colgué el teléfono, Vicente pidió a los técnicos que hackearan la computadora de Laura para cancelar el envío programado de vídeos y destruir los vídeos almacenados en la computadora.
Al día siguiente, entregué la grabación de la charla por teléfono a la policía y denuncié a Laura por chantaje.
Cuando la policía fue a su casa para recoger pruebas, acabó de terminar de escribir el aval y recibí 1,5 millones de dólares en efectivo preparado por