— Vamos a informarle a todos en la cocina — me propone con una sonrisa de oreja a oreja.
— No, no. Espera — lo halo de la mano de la que me lleva tomada — No quiero que se asusten, si les decimos que están aquí, pueden ponerse ansiosos y cometer errores, quiero que sea una noche común y corriente.Alejandro se queda pensativo por un momento — Estoy de acuerdo — entra conmigo a la cocina y me ayuda a sacar los pedidos retrasados que tenemos, anima a los cocineros a agilizar las manos y a revisar que todo vaya saliendo a la perfección. De igual manera luego paso haciendo la revisión y la cantidad de cosas que ha corregido Alejandro ha sido excepcional.El restaurante se va llenando de comensales, a las afueras del hotel la gente se amontona, los huéspedes del hotel también hacen pedidos a la cocina y que los lleven a la habitación por la escasez de mesas, Emily les da prioridad a las personas que han hecho reserva con anticipación y las que llegan sin saberlo de