Cap. 37 Una madre y una hija
Dafne vio a su madre junto a Lauren y Bruno, entonces reaccionó y gritó emocionada:
—¡Mamá!
Apuró el paso y al llegar abrazó a su madre con fuerza, todo era captado en vivo por Dulce.
—Mamá, viniste…—sollozó.
—Sí, hija vine, para verte triunfar con la mejor estrella de todas… Una familia.
Dafne no daba crédito y miró a Lauren y le preguntó:
—¿Tú la trajiste?
—De hecho Bruno la convenció.
Ella besó a su hijo con adoración e inició la boda tan hermosa, pudo decir con orgullo sus votos:
—Prometo amarte en todo instante… Eres el hombre más tierno y fuerte, a tu lado sé que lo conseguiré todo… Te amo y te seré fiel.
Lauren sonrió conmovido y le dijo tomando su mano y besándola con adoración:
—Eres la reina que mi corazón eligió para siempre, te amo, has conseguido que te ame y transformar mi vida, me has dado dos hijos hermosos y sé que seremos felices juntos siempre, te amo Dafne.
Se besaron largamente y todos aplaudían, entonces vino la celebración, Bruno le contaba la aventur