ELAXI—Pensé que Ozzian y tú no eran amigos.La voz de Gab, a mis espaldas, me saca de mi ensimismamiento. Dado que vio a Ozzian atrapado en las afueras de mi apartamento, inició siendo una auténtica pesadilla que ahora es una realidad mucho peor de lo que esperaba.—No lo somos —rectifico.—¿Entonces qué hace aquí cubierto de sangre?—No tengo idea —susurro.No le presto mucha atención, me ayudó a subirlo a mi cama. Alguien debió haberlo golpeado excesivamente, y la persona que lo hizo lo odia. Camino al baño y busco el botiquín de primeros auxilios, puedo llevarlo al hospital, pero primero quiero evaluar su estado.Su respiración se ha tranquilizado, llegó agitado antes de perder el conocimiento.—Deberíamos llamar al hospital —propone Gab.Tengo en cuenta que la última vez que estuvimos en uno, no le agradó la idea, mucho menos que fuera yo quien le brindara ayuda. Me detengo a pensar mejor las cosas por un momento, pero dejo de lado sus próximos reclamos.—No, estará bien.—Elaxi…

ELAXIDuele.Pero duele bien, se siente demasiado bien.Ozzian me ha mordido el labio inferior con tanta fuerza que el sabor de mi sangre inunda mi boca. Parece no inquietarle, ya que lame de mis labios al tiempo que me arrastra hacia la cama de mi habitación. Sus manos son como dos brasas de fuego sobre mis caderas.Su lengua baila con la mía en una danza frenética e imparable. Se detiene mientras nuestras respiraciones se mezclan y se hacen una.—Quítate la ropa —su voz no ofrece la demanda que mi cuerpo electrizante atiende.—Yo nunca…—¿Estás bromeando? —replica observándome—. Tu novio rico y tú, ¿de verdad no hacían nada?Se comienza a desvestir.—Al menos, ¿sabes lo que es una polla?Frunzo el ceño.—No tienes por qué ser tan idiota —retrocedo—. Lo que te dije es en serio, nunca pasó nada.Vuelve a dejarme sin habla cuando me besa una vez más.—Entonces nadie te ha visto desnuda.—No —jadeo, sintiendo cómo besa mi cuello.—Supongo que seré el primero.Y diciendo esto, comienza a

NARRADOR OMNISCIENTESola. Así era como se sentía Marie, hecha un ovillo a un costado de su cama desordenada, bajo la penumbra de la fría oscuridad, respiraba con dificultad debido al llanto que la dormitaba.No se había cansado de estar llamando al número de Ozzian, a quien, pese a todo, seguía considerando como suyo, de nadie más, tampoco se había presentado al trabajo, lo único que le importaba era arreglar el desastre que había ocasionado, y tratar de recuperar al chico que más amaba en la vida.—Te amo —susurraba en medio del llanto, sin importar que nadie la escuchara.Se mecía hacia delante y hacia atrás, con la vista nublada por las lágrimas que no dejaban de rodar en sus pálidas mejillas.—Prometiste que siempre ibas a estar a mi lado —rechinó los dientes y comenzó a darse pequeños golpes en la cabeza—. Tonta, tonta, maldita idiota.En esos momentos se odiaba a sí misma por recordar cómo es que Ozzian la había visto follando al mismo tiempo con Oliver y su amigo.Las manos le

OLIVERObservo una vez más, la foto de la castaña de ojos verdes, hipnóticos y peculiares, al lado de Ozzian Carter, el hijo de puta que más detesto, su complexión se destaca por el resto de sus amigos, incluso de la mía, él está esculpido en puro músculo e intenciones maliciosas que destruyen a cualquiera que se atreva a ponerse en su camino.Pero soy más inteligente, y eso se comprobó cuando se enteró de que me he estado follando a su novia puta, durante poco más de tres años, de hecho, soy yo quien la desvirgó, la hice sangrar y después, como la jodida cobarde que es, fue corriendo a sus brazos e inventar una mentira, haciéndole creer que lo ama y que ha sido el único.Marie es una sucia zorra, mentirosa y traicionera, puede culparme a mí de haberla follado y de venderle droga, pero en el fondo sabe bien que el placer que le ofrezco, no se lo da ni siquiera él.Tres años en los que me la ha mamado, me la he follado a cambio de dinero prestado, mismo que casi nunca me paga, mientras

ELAXIFuertes punzadas de dolor estallan en mi cabeza, me remuevo inquieta tratando de reconstruir las piezas faltantes de los hechos, Ozzian me mató, él me estranguló, poco a poco abro los ojos pensando que se trata de un sueño, lo primero que siento, es un fuerte olor a antiséptico que pica en mis fosas nasales, lo segundo, es el techo blanco que me resulta familiar debido al enorme logo en letras doradas.Estoy en el hospital. No estoy muerta, trato de incorporarme cuando veo que hay alguien a mi lado.—No haga esfuerzos, señorita Young —se trata de una enfermera que debe tener más de treinta años.—¿Qué ha sucedido? —pregunto confusa.La enfermera se pone de pie, tomándose su tiempo para revisar mis signos vitales y revisar que todo esté en orden.—La estrangularon, señorita Young, de hecho, su corazón se detuvo durante dos minutos, pero logramos reanimarla, ayer, los oficiales se llevaron a Ozzian Carter, está detenido en la estación de policía —me explica—. En cuanto a la chica,