Capítulo 134La semana pasó a un ritmo intenso, con la constante dedicación de Isadora en mantener la vida equilibrada entre el trabajo y sus hijos.Richard, siempre observador, no dejaba de notar sus silencios, la forma en que desviaba la mirada cuando el tema rozaba su vida personal. Estaba curioso, quería saber si realmente se había divorciado, pero nunca se atrevía a preguntar.Isadora, por su parte, parecía decidida a no abrir espacio para conversaciones íntimas; se mantenía profesional, concentrada.El viernes por la mañana, estaban en la sala de Richard. Él repasaba algunos detalles que añadir a su agenda, y ella, como siempre, tomaba notas, organizando cada detalle con eficiencia.De repente, el bolígrafo se le resbaló de los dedos.—¿Isadora? —Richard la miró, extrañando la palidez súbita que se apoderó de ella.Ella parpadeó varias veces, intentando concentrarse en sus palabras, pero su visión comenzó a nublarse.Las letras en las hojas frente a ella se confundían, cualquier
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