LILA—Y con esto daríamos por cerrada la reunión, con la decisión final de que todas las empresas de esta cadena deben mantenerse leales entre sí. No permitiremos…Blah, blah, blah. Podría haber terminado la frase por él mientras reprimía el impulso de poner los ojos en blanco. Deslicé el móvil hasta mi regazo y eché un vistazo discreto a la boda de Lucien Grey. Estaba en todas las redes, en todos los blogs. Fui pasando fotos, admirando lo guapísimo que estaba, hasta que arrugué la nariz al ver una en la que besaba a la novia. ¿De verdad Sharon tenía permiso para hacer eso?—Señorita Lila, si no está de acuerdo conmigo, tal vez pueda venir aquí delante y decirnos qué parte de mi pequeño discurso le parece tan desagradosa.—¿Eh? —pregunté antes de poder contenerme, alzando la cabeza y encontrándome con los ojos furiosos del señor Moreno. Así lo llamaba porque había olvidado su nombre y, la verdad, tenía un pelo castaño precioso—. Oh, lo siento mucho, señor… —alargué la palabra y hice u
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