No era del todo ajena a las entrevistas, pero en lo que respecta a este tipo de situaciones, no tenía ni idea.Lo bueno era que mi armario era básico. No me refiero a minimalista, sino a inexistente. Cuando no tienes mucho donde elegir, prepararte resulta mucho más fácil. Mi ropa informal consistía en unos cuantos vaqueros y camisetas. Mi selección de ropa de trabajo era un poco más amplia, con tres pantalones de vestir y blusas blancas abotonadas, además de un par de vestidos.Los vestidos no eran apropiados para una entrevista de trabajo, ni para casi nada fuera de las vacaciones o alguna boda ocasional. A pesar del frío, opté por los pantalones y la camisa de manga corta. Con suerte, el edificio de oficinas estaría lo suficientemente cálido como para no estar tiritando durante toda la entrevista.Gracias a los dos años de estudios universitarios que había cursado, sabía que necesitaba un currículum. Me puse a buscar en internet, estudiando currículums e intentando, en la medida de
Leer más