113. Mía
AmberNos quedamos en el pasillo mientras los demás se alejan; el sonido de sus voces se va apagando hasta desaparecer. Estoy allí, quieta, mientras la mirada de Leonardo permanece sobre mí. Es tan intensa que casi puedo sentir su fuerza envolviéndome. Se acerca despacio; sus ojos oscuros se suavizan al encontrar los míos.«Estos tres años», su voz es baja, casi un susurro, pero cargada de emoción, «te odié tanto. Por todo lo que perdí». Se detiene un instante y, por un segundo, creo que no seguirá. Pero continúa; los rasgos de su rostro se relajan mientras sus ojos reflejan algo más profundo. «Pero ahora, al ver a los niños… me doy cuenta de que la pérdida económica no significa nada comparada con el tiempo que perdí con ellos. El nacimiento, los primeros pasos, las primeras palabras… todo eso me lo robaron. Y los traumas que Peter les causó… a ellos, a ti…». Suspira; el dolor en su voz es cortante.«No fue culpa nuestra», digo en un susurro, sintiendo aún toda la emoción de ese mome
Leer más