Unas horas después, lo primero que me llegó fue el ruido. Empezó como un leve murmullo. Era distante y se ahogaba a través de las gruesas paredes de la casa. Al principio pensé que podría ser el personal que regresaba, o tal vez Ace al teléfono. Pero entonces, al levantar la cabeza de la almohada, el sonido aumentó. Hubo risas, voces superpuestas, pasos resonando en el suelo. La puerta principal se abrió y se cerró, seguida de un murmullo de saludos demasiado animados para ser otra cosa que invitados.Sentí una opresión en el pecho. Así que, esto era todo. La pijamada.Durante un largo minuto, me quedé en mi habitación, paralizada por la curiosidad y la duda. El corazón me latía con fuerza mientras me levantaba de la cama, caminando descalza por la alfombra. Llegué a la puerta, la entreabrí un poco y dejé que el ruido entrara.Era, sin duda, un grupo. Voces masculinas, profundas y bulliciosas, mezcladas con tonos femeninos más agudos y juguetones. Oí a alguien bromeando con alguien, e
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