[ARI]¿Quién puso la regla de que el amor tiene que ser tan complicado? Para casos extremos tenemos la opción de sentir o no sentir y supongo que podemos elegirlo desde el inicio. Desde que todo comienza y esa persona aún no se ha vuelto una parte esencial en tu vida. Ese día en la cabaña, o quizá antes, ese día en el bar, yo había elegido sentir, y vaya que estaba sintiendo muchas cosas en ese momento.Era mi mejor decisión. Al menos así lo decía mi corazón en cada latido, a medida pasaba más tiempo a su lado.Sin embargo, aún no podía darle un nombre a esto.Podía decirse que hasta ahora sentía que de verdad me estaba arriesgando. Pero a veces podía pasar horas viéndolo, ya fuera en una foto o solo viéndolo dormir. Algo que nunca había hecho con Chad y que incluso, no pensé que haría con él. Él se estaba volviendo mi persona favorita.Jamás en mi vida me había sentido tan llena, tan completa y tan relajada. Antes de él todo era un remolino de ideas que no tenían ninguna forma… despu

[CONTINUACIÓN]Quizá fui demasiado dura con ella creyendo que la única que la pasaba mal aquí era yo, cuando en realidad no. Supongo que debía ver más allá de mis propios sentimientos. Quizá sus acciones eran su forma de pedir atención, de pedir ayuda… de decir auxilio.—¿Qué vas a hacer? —Preguntó Difer, doblando sus labios —. Está demasiado dopada como para usar la cadena para perro.—¿Es ella? —Inquirió Dante, llegando a nuestro lado.—Esa es la loca —fue la respuesta de mi mejor amiga.Mientras ella le explicaba a Dante la situación, yo medité una manera segura para sacarla de ese sitio, y no fue nada sencillo.—Entonces… ¿Estuvo con dos de tus novios, pero aún así estás aquí tratando de salvarla? —Dante otra vez.Asentí, prestando poca atención.—En realidad con uno nunca pasó nada —aclaré.Y que bueno, porque Jake era un idiota.—Yo digo que la tomemos del cabello y la saquemos por la fuerza.—¡Policía! —gritaron atrás, y supe que estábamos en problemas.Esto era algo que no esp

[CONTINUACIÓN]Esa mentira llevaba la huella de Rávena por donde se le viera, pero ni a Difer ni a mí nos sorprendió en absoluto. Solo a Dante que se quedó en shock unos segundos.—Esa anciana está loca.Daniel bufó.—Lo dejaré pasar esta vez —aseguró, extendiendo su mano para que yo la tomara. Con algo de vergüenza por hacerlo frente a Difer y Dante, le di la mano y lo abracé —. Vámonos de aquí —Susurró.Salimos todos juntos de la comisaría. Nadie dijo nada en el transcurso de la celda hasta la puerta, y de la entrada al estacionamiento. Sin embargo, sabía que en cualquier momento Difer comenzaría a interrogar.Subí al auto, en el asiento del copiloto, y vi por el espejo como una maravillada Difer y un sonriente Dante entraban al asiento trasero del auto.Daniel se acomodó tras el volante y carraspeó.—Lamento lo de allá adentro. Se me pegaron algunas cosas de la familia de mi madre.Sonreí.—¿De verdad conoces al fiscal general?Daniel negó entre pequeñas risitas.—Mi abuelo sí, es

[ARI]¿Qué significa tener un deseo? ¿Significa ambicionar algo para lo que no estás listo? ¿El reto que el destino pone sobre ti para poner a prueba tu voluntad? ¿La burla de la vida que te hace querer algo que no te dará solo porque no quiere? ¿Quizá significa obsesionarse con aquello que no podemos tener, pero anhelamos con el alma? ¿Es buscar algo y perseguirlo hasta ver qué se cumpla nuestro propósito? Supongo que por donde lo vea, un deseo es siempre lo mismo. Una melancolía disfrazada de ambición que te hace sentir anhelo y al final sabe a decepción.Creo que pedir un deseo o tener uno, es simplemente soñar. Soñar con que algo puede ser posible y esperar que se cumpla por arte de magia. Lo volvemos todo tan irreal y nos aferramos a ello, pero cuando las cosas no son como solemos desearlas, buscamos que lo sean y nos obsesionamos con la idea…, con la perspectiva que nosotros mismos creados. Porque, un deseo es solo eso.La esperanza de creer que algo se puede hacer realidad y se

[ARI]—¡Bonita! —dijo con emoción, como si no supiera la clase de lacra que era. Fue capaz de tener relaciones con Elena, sabiendo el parentesco que nos unía, y aún así venía ante mí con esa actitud despreocupada. Quizá en su mente yo sería la Ari que había sido hace unos meses y lo dejaría pasar. Sin embargo, no estaba para esto. No quería verlo; aún así, fui lo más amable posible —. ¿Dónde habías estado, Ari?—Hola, Jake —Fingí una sonrisa, así como también fingí que no sabía nada de lo que había pasado entre él y Elena.—Me tenías tan preocupado —arrugó su entrecejo, como quién de verdad quiere parecer angustiado —. De verdad, bonita. Por un segundo casi me muero de la angustia.¿Cuál fue la desgracia que te detuvo, amigo?Reprimí el deseo de rodar los ojos.Jake era la clase de persona narcisista que tiene siempre que llevarse la atención y las miradas de todo el que lo rodea. Ese traje de vestir de color blanco con dorado que llevaba puesto y esos lentes oscuros, dignos de Elvis