No lo apagó.En cambio, se levantó.—¿Sucedió algo? —interrogué, al ver cómo su ceño se arrugaba brevemente. Seguía viendo su teléfono con bastante confusión —. ¿Es importante?—Ah, bueno… es… —pareció dudar, como si lo que dijera a continuación me iba a molestar —. Es Eva. Necesita ayuda.¿Molestar? Bueno, no… quizá un poco.—¿Está bien? ¿Le pasó algo? —traté de no llevar mi pensamiento en un mal sentido. Era mi hora de ser madura.Daniel asintió.—Creo que discutió con Kenny.—¿Kenny?—Su pareja.—¿Y tú por qué tienes que ver?Despegó su mirada de la pantalla y me miró un poco contrariado.—No es nada que tenga que ver conmigo, Ari.—¿Ari?.—Nena.—Descuida, ya entendí.Me escurrí debajo de su cuerpo y me acomodé la ropa.—La está pasando mal. Es una amiga…—¡Pero son las dos de la mañana, Daniel!.—Taylor…—Regresaré a mi apartamento. Te veré luego.Busqué mi blusa y me la coloqué. Me acerqué a la puerta para poder salir de aquel sitio y tratar de acomodar mis pensamientos, mas…—L

[ARI]Era de madrugada.La luz del sol aún era escasa, algunas estrellas todavía podían verse a través de la enorme ventana desde aquel alto piso y el aire frío se colaba por las hendiduras de las puertas y ventanas. Me abrigué hasta los hombros y me acerqué unos centímetros más al adonis gruñón que tenía por novio.Definitivamente quería decir que las palabras de Eva habían sido llevadas por el viento, como la abuela decía, pero siguen repitiéndose cada tanto en mi cabeza.Y en la de Daniel quizá también.Eso lo decía porque lo miraba y estaba inmerso en sus pensamientos. De verdad parecía que algo le inquietaba.Yo tenía más dudas que respuestas. A veces pensaba que él sentido de mi vida era buscar respuestas que jamás encontraría.Cuando la que se perdió en sus vacilaciones fui yo, el castaño sonrió bajito con tono ronco y acarició mi rostro con las almohadillas de sus dedos.—Te ves hermosa. ¿Ya te lo he dicho ahora?Clavé mi mirada en sus perfectos ojos profundos y repetí su acci

[ARI]“No puedes irte tan lejos” "no puedes hacer algo tan peligroso" "¿Y si te pasa algo?" “No juegues con tu seguridad y menos con tu vida". Esas y más eran las frases que me había repetido toda la vida en mi cabeza. El hecho de querer hacer algo que para mí estaba bien, rompía con los acuerdos y el estado no transitorio con el que mi familia había vivido todo ese tiempo. Si pudiera mencionar, por poco, algo que me desagradara, era que vivir en el lecho de una familia tan perfecta, pero que poco solía tomar riesgos, no tenía ninguna ventaja.Salir al mundo por mi cuenta fue peligroso por un tiempo, hasta que decidí romper ese esquema.Sí, sabía que no éramos una familia como otras. Mis padres habían respirado el peligro puro, mis abuelos tenían una historia que aún no se le contaba a los menores y yo había salido afectado en una mala experiencia con un par de personas dementes. Sin embargo, de eso no tenía memoria y tratar de vivir toda mi vida con miedo a hacer algo que pudiera aca

[ARI]—¡Qué perra! —gritó Difer, llamando la atención de sus alumnos. Había conseguido trabajo de entrenadora en un gimnasio —. Que bueno que no te dejaste amedrentar.—Aún así, ella es parte de la vida de Daniel —Bufé —. Le tiene aprecio y una gran amistad.—Esa mujer no es su amiga, es una arpía. ¿De verdad te trató como poquita cosa por ser tan virginal?—Ah… pues sí.—Está loca.—Lo sé.—No te creas nada de lo que te dijo.—Pero ¿y si tiene razón?Lo pensé mucho durante su clase. Mis compañeras no paraban de coquetear con él y él las trataba con indiferencia y profesionalismo.En toda la clase intenté no voltear a verlo. Sin embargo, sentía su mirada puesta en mí a cada momento.Se miraba hermoso con su traje gris, pero esos anteojos… ¡uff! ¿Cómo podrían lucir tan bien en sus perfectos ojos?¿O era al revés?Estaba perfecto como sea.Difer carraspeó.—Yo creo que esa lunática está obsesionada con el doctorcito. Claro, ahora que se dio cuenta de que su esposo es una lacra.—¿Y si q

[ARI]Despierto agotada en la cama y veo a Daniel dormido a mi lado.Jamás creí que fuera posible ver tantas estrellas con los ojos cerrados, pero anoche me demostró que es posible.Me pongo de pie para ir al cuarto de baño y un líquido blanquecino se desliza en abundancia por mis piernas.No le doy importancia y lavo mi rostro, enjuago mi boca y salgo de nuevo hacia la recámara.Daniel ya se ha despertado.—Buenos días, bello durmiente —Hablo en su oído, a lo que responde abriendo sus brazos para que me acomodé entre ellos —. ¿Te gustó mi cama?—Más que la mía. Ya está decidido, me mudaré contigo…—¿Y dejarte cerca de Elena? No lo creo.Daniel sonrió.—Tengo que ir al hospital hoy que no doy clase. ¿Quieres ir conmigo?.—Te haré estorbo, mejor no.—Diré que eres mi pasante.—¿No te regañan?.—No, es el hospital de mi tío.—¿Y te aprovechas de eso?Se puso de pie, me tomó de la mano y me llevó a la ducha.—Son ventajas que no voy a desperdiciar.Sonreí y lo abracé, encendiendo la rega