—Si tu me dices que con ese tipo no pasó nada ayer y que me amas, seguiremos saliendo, Ari. Olvidaré lo que hiciste ¿Sí? ¿De acuerdo?.

Me miró de soslayo, pero sus ojos parecían vacíos. Nada en su mente estaba bien. Nada, absolutamente nada.

Tragué grueso, sollocé y pedí con todas mis fuerzas algo que me ayudara a escapar de él.

Tenía miedo, y sentía que esa no era la primera vez que me sucedía. Sentía que ya había pasado por algo parecido. Sentía que el aire se me escapaba.

Al ver que no podía respirar bien, Jake detuvo el auto, se quitó el cinturón y me tomó del rostro con fuerza, apretando mis mejillas con ambas manos.

—Ya sé que estás fingiendo, Ariana. No soy un estúpido.

[CONTINUACIÓN]

Miré al frente, quise pensar con claridad, pero solo podía pensar en dos cosas: En que sí era un estúpido, y en la forma de no perder el conocimiento, pese a no poder respirar con normalidad. Si me desmayaba en ese momento, no podría defenderme ni un poco de ese demente.

—Jake…

—¡Cállate! Es más,