SIENNA EVERHART—Mami, no quiero ir, por favor —suplicó Peter aferrándose a mí mientras Dominic comenzaba a perder la paciencia. —¡Peter, obedece cuando se te habla! —exigió Dominic con voz más firme, haciéndolo temblar. Lo tomó del brazo y lo metió al carro entre llantos, dejándome sin un pedazo de mi corazón. —Dominic… ¿qué significa todo esto? —pregunté llena de rabia contenida, pero él no contestó, solo le abrió la otra puerta a Melanie, mientras ella lucía una sonrisa victoriosa. Antes de que él entrara, cerré la puerta de golpe, por fin logrando tener su atención. Lo vi directo a los ojos conteniendo mis ganas de golpearlo para ver si lograba generar algo en él, aunque fuera dolor—. ¡A ver!»Puedo entender que fueras serio y frío, te compro que así eres y entiendo que yo no sea suficiente para hacerte cambiar de parecer y muestres algo de cariño, está bien, no soy la mujer que pensaste tener como esposa, ¡yo tampoco creí que me casaría con alguien como tú! ¡Estamos a mano en e
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