Capítulo 21Luciano entró furioso, cerró la puerta de golpe y la miró fiamente, sentia que el aire le pesaba —¿Te viste con Santiago ayer? —preguntó con la voz tensa esperando una mentira de Camila.Camila parpadeó sorprendida, la tomó por sorpresa, pero no podía negarselo—Sí… estaba en casa de Susan cuando llegue —respondió tranquila —. Solo lo saludé. —¿Y eso te parece que está bien con tu esposo? ¿Verte con él y ni siquiera decirme?—Fue una coincidencia —respondió ella intentando calmarlo—. No lo planeé, el estaba ahí, apareció sin avisar a Susan Yo solo fui a ver a mi amiga.Luciano dio un paso hacia ella, con una mirada dura y fría, producto de los celos que lo quemaban.—¿Todavía te gusta? ¿Sientes cosas por ese imbécil? —necesitaba esa respuesta ahora mismo—¿Qué? —Camila abrió los ojos —Santiago. ¿Todavía te gusta?¿Lo amas? —repitió, mientras la miraba a los ojos.Camila lo miró sorprendida, Se acercó despacio, sin dejar de verlo a los ojos —No —respondió con seguridad —

Capítulo 23Camila llegó al hospital con el corazón apunto de salir del pecho, a pesar de su pésima relación que en teoría no eran hermanas, Camila aún quería a Adriana, y se preocupó con la llamada, Luciano la acompañaba, sabía que era incómodo, pero no iba a dejarla sola. Apenas entraron, vieron a Santiago caminando por el pasillo muy ansioso, Al verla con él, su expresión cambio y se acercó con el rostro rojo por la rabia.—¿Qué hace este tipo aquí? —dijo Santiago con rabia, señalando a Luciano.Camila no titubeó, se acercó y se mantuvo firme —Es mi esposo —respondió seria enseñando su anillo de bodas —. Si él no puede estar aquí, yo tampoco.La frase fue una daga que lastimó el ego de Santiago que bajó la mirada, dolido.Luciano no dijo nada, tenía que ser sabio, Mantuvo la calma. No iba a armar una escena, no en ese lugar, no en ese momento.Rodolfo apareció al fondo del pasillo. Tenía el rostro tenso, un par de ojeras marcadas y la corbata mal puesta. Se acercó a Camila con la

Capítulo 25Luciano le contó a Camila del evento, quería que fuera como su esposa, Pero también para dejarle claro a Ronaldo que ella era su mujer.—Mi amor mi deber es apoyarte y acompañarte, Pero no quiero que sea para problemas.El le dió un beso y negó, le entrego una caja con un hermoso vestido rojo, que ella abrió, lo usaría el día del evento para verse preciosa para el Camila estaba frente al espejo y Luciano se acercó por detrás, con una pequeña caja de terciopelo en la mano.—Quiero que lo uses esa noche —dijo, abriéndola.Dentro había una gargantilla de diamantes finos. Camila la miró maravillada por el obsequio.—Es hermosa… —susurró—. Pero tengo miedo de esa reunión.Él la miró serio y la abrazo por la espalda —¿Por qué dices eso?—Es la mafia, es un mundo criminal —dijo ella siendo sincera —. Me da miedo, y me gustaría que me dijeras la verdad de todo tu negocio Luciano no respondió de inmediato, se avergonzaba frente a ella de lo que hacía, Cerró la caja, caminó hacia

Capítulo 27Vicente se detuvo en seco al ver a Mónica frente a la casa, su corazón latía acelerado y se descompuso de inmediato.Su mirada se volvió fría, su cuerpo temblaba. Laura también se quedó paralizada, sin entender qué pasaba, por qué el había cambiado así de actitud—¿Te pasa algo? —ella lo tomo de la mano sin entender que le sucedía —Tienes que irte a tu casa —le dijo a Laura sin mirarla—. José, llévala ahora mismo.Laura abrió la boca, enojada, intento protestar, pero uno de los escoltas se acercó y la tomó del brazo con cuidado, le pidió que le acompañará conociendo el espíritu rebelde de la chica —¡Vicente! ¿Qué te pasa? ¿Qué mierda estás haciendo? Pensé que los dos ...—No es momento, Luisa. Te juro que hablaremos luego. Pero ahora... vete—¿Es por esa mujer? ¿Ella es más importante que yo? —Luisa sentía como los celos la desbordaban y el enojo crecía en su pecho —No te quiero ver de nuevo.Ella lo miró herida, frustrada, Había estado a punto de entregarse a él con tod

Capítulo 29Camila empezó a temblar, no podía creer lo que él estaba diciendo, negó con la cabeza y Cerró los ojos un segundo, tragó saliva y lo miró intentando buscar una respuesta.—¿Es en serio? —dijo con la voz quebrada por el llanto —. ¿De verdad estás diciendo que quieres divorciarte?Luciano no respondió, en ese momento, El silencio fue más fuerte que cualquier palabra, le dolió en el alma verla quebrada.—No me mientas —insistió ella, dando un paso hacia él —. Dime la verdad. ¿Qué te pasa? Tu no tomarias está decisión solo porque si.—Camila...—¡Dímelo! —gritó ella esta vez necesitaba saber la verdad —. No quiero excusas, no quiero frases de consuelo, Quiero saber qué mierda te pasa, déjame de ver cómo una estúpida.Luciano suspiró hondo, Cerró los ojos, y al abrirlos tenía una tristeza clavada en en la mirada, le dolía lastimarla.—Estoy cansado —repitió con voz baja—. Cansado de discutir por ti con cada hombre que aparece. Santiago, Ronaldo... No puedo vivir así, la mío es