—¡Eva, me llevo este! —declaró Isabella, arrebatando el huevo blanco antes de que pudiera siquiera reaccionar.—¡Solo míralo! La cáscara está perfecta, la magia es tan pura. ¡Este está destinado a la grandeza! —se extasió.—¡Es igual que el huevo de la antigua leyenda que encontró la esposa del granjero! ¡El que la convirtió en una diosa!Isabella apretó el huevo con más fuerza, un destello posesivo en sus ojos.Los aldeanos se arremolinaron a su alrededor, sus voces formando un coro creciente.—¡Isabella, por supuesto que es tuyo! ¡Tu ojo para la magia es un regalo de los dioses!—Un tesoro como ese se desperdiciaría con Eva, tan simple. Tan sin poder.—¡Ni siquiera sabría qué hacer con él!—¡Oh, deja de ser tan modesta, Isabella! ¡Toma el huevo! ¡Era el destino!Un destello de triunfo iluminó los ojos de Isabella antes de que lo velara con una humildad ensayada.Apretó el huevo contra su pecho.—Oh, por favor, todos. Solo... sentí una atracción. Una conexión.Arrugué la frente.Cualq
Leer más