Destiny salió del camerino de la boutique sintiéndose como una extraña en su propia piel. Su cuerpo, bien formado, se ajustaba a la perfección en un costoso vestido blanco.Su cabello negro, suelto y peinado elegantemente a un lado, enmarcaba su rostro, resaltando unos ojos verdes intensos.Se miró al espejo, casi sin reconocer su propio reflejo, mientras el personal de la tienda parecía orgulloso de su trabajo.—Sin duda, la señora Winter es una mujer hermosa —dijo el sastre con admiración.Alaric Winter, que había contratado personalmente al sastre, esperaba preparar a su prometida, Triana Ayesa, pero se encontró con una joven que parecía una universitaria, delicada y con una belleza natural.—Justamente como debería verse mi esposa… Veo que no te escapaste —dijo Alaric, con una mezcla de burla y aprobación.Destiny dejó de observar su reflejo y lo encontró, completamente de negro, mirándola sin perder un solo detalle.—Usted ya me lo advirtió, señor Winter. Escapar solo sería mi se
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