JUDE Isabella lloriquea en silencio todo el camino hasta su habitación. Apenas entramos la acomodo en la cama para poder verle el rostro intentando hacer un recuento de daños, sin embargo se prende de mi cuello obligándome a darle un abrazo que en este caso, no se siente nada mal reconfortarla.Isabella ha pasado por mucho. Su vida fue y es demasiado dura viviendo con sus padres quienes la criaron para encontrar al esposo perfecto en medio de agresiones y humillación. Lo supe todo cuando comenzamos a encontrarnos más en el mismo camino y lo entendí cuando me convertí en su prometido. Ver la forma en que su padre la trataba solo me hizo aferrarme con más ahínco a la posibilidad de convertirla en mi esposa solo para darle la libertad que tanto había soñado. Estaba listo para tomar ese lugar, muy a pesar de lo que dictaban mis emociones por su hermana, les seguí la corriente. Compramos el anillo, la llevé conmigo a casa, le estaba dando la vida que se merece por ser tan buena persona

JUDE Decir que tengo la cabeza hecha un lío es decir poco. No he sido capaz de comer o dormir bien desde que pasó lo que pasó con Isabella. Tampoco he sido capaz de regresar al cuarto que comparto con Megan porque no tengo idea de cómo mirarla a los ojos y no decirle la verdad por lo que me he estado ocultando. No quiero ver a ninguna de las dos. De hecho, mi mayor preocupación ahora es mi bebé, rogar porque todo salga bien y para eso necesito tener en calma la situación en la mansión. No tengo idea de cómo solucionar los problemas que Megan ocasionó con mi padre y mi tía, pero sí sé cómo ganar su cariño para ella. Ese es mi plan, solo espero que funcione. Ahora mismo estoy a punto de salir en busca de la primera parte del plan, cuando el mayordomo de mi abuelo me detiene en la puerta de la mansión. —Permiteme. Quiero irme—pido con firmeza, a lo que él se niega. —Mi señor quiere verlo. —Cuando regrese. Hago ademán de moverme hacia un costado, pero se interpone en mi cam

JUDE—¡Preparen un puto coche, ahora! El grito me sale desde lo más profundo de mi ser. Estoy tan nervioso que no tengo idea si son mis propios temblores los que siento o si son los de Megan a quien cargo casi inconsciente en mis brazos. Todo pasó muy rápido. Estábamos discutiendo, una cosa llevó a la otra y acabamos armando este problema enorme donde todos en casa están enterados. Para cuando llego a la planta baja, todos se quedan boquiabiertos al verme cargar a Megan en brazos, principalmente mi abuelo. —¿Qué mierda pasó? ¿Qué tiene?—pregunta al intentar acercarse, aunque me alejo rápidamente pues quiero llegar al coche que mi tía está pidiendo a los cuatro vientos. —Está sangrando, yo... —¡Todo esto por los putos problemas que ocasionas!—me grita furioso. Me trago las palabras y solo me enfoco en llegar al coche. Todo el personal está al pendiente de lo que está pasando pues se quedan en fila para ver hasta que mi abuelo exige que preparen los coches pues todos van conmigo

JUDEEl detective me hace tantas preguntas que acabo resumiendo todo lo que pasó en mi matrimonio con Megan desde el momento en que dijimos Sí quiero frente al juez de paz. Relato todo, los buenos y los malos momentos, y lo hago porque no tengo nada qué ocultar.Ni siquiera omito la discusión que tuvimos previa a la hemorragia porque todo dato es importante. Y para cuando terminamos, no sé cuánto tiempo llevamos hablando, solo sé que debo enfrentar a mi familia primero.Sé que soy una persona de interés para el detective, todos los cónyugues lo son, pero jamás en mi vida me atrevería a hacerle daño a mi esposa de esa forma, mucho menos a acabar de forma intencional con la vida de nuestro bebé. Eso es muy cruel, para cualquiera.Para cuando salgo de la sala que se convirtió en una sala de interrogatorios, me hierve la sangre de solo pensar que alguien dentro de la mansión fue capaz de llegar tan lejos con tal de deshacerse de Megan. Como dije, es una forma cruel de hacerlo. Nada de lo

MEGANPoco a poco voy abriendo los ojos. Mis párpados al parecer no recuerdan cómo hacer su trabajo con rapidez, así como tampoco mi cuerpo parece recordar cómo moverse.Mi cabeza está vuelta un lío. Por primera vez en mi vida siento mi mente cansada, hasta mi respiración un poco desmejorada, pero al menos logro ver a mi alrededor, encontrando a Jude y a un doctor de pie a un costado de la cama.De repente siento que esto ya lo viví, pero de seguro fue una pesadilla porque esa noticia...Intento mover mi mano hacia mi vientre, pero no lo consigo. No sé por qué estoy tan casnada, solo sé que mi cuerpo parece no querer reconocer mis malditas ordenes lo que comienza a volverme un poco loca, al menos hasta que mi mano, a duras penas, se posa sobre mi vientre plano.De repente la máquina a la que estoy conectada comienza a pitar y es Jude quien me toma de las manos, buscando mi mirada.—Tranquila, cariño. Respira.Sacudo la cabeza como puedo. Es como si mis ojos no hubieran tenido trabajo