[LUCAS](CONTINUACIÓN)Traté de no dejarme llevar por las apariencias, para controlar la molestia que sentía al verlo tan cerca de ella. No obstante, cuando este se sentó frente a ella y se acercó, y ella en lugar de alejarse dejó sus manos sobre sus hombros, no me controlé más y entré a la habitación con mis puños apretados.Se separaron enseguida. Ni siquiera me constaba que no se estuvieran besando porque, desde donde yo estaba, todo apuntaba a que sí. Sin embargo, ella no pareció asustada o preocupada por mi intromisión.—¿Qué haces aquí? —dirigí mi mirada hacia el imbécil traidor que tenía por hermano.Steve la miró a ella y después suspiró.—Fui a buscar a Eddy y me caí. Eddy me dio permiso de lavar mi rostro…—¿Y tú cabaña?—Bueno…Se detuvo, y mis puños se apretaron más al ver por qué.Ella había puesto su mano sobre la pierna de Steve para detenerlo.—Yo se lo pedí. No tiene nada de malo ¿o sí?.Ladeé mi rostro, queriendo comprender el porqué de su cambio tan frío y repentino.

[Continuación]Amaba a mi padre, pero tenía que aceptar que pocas veces concordamos en algo. La mayor parte del tiempo somos un cansino debate de opiniones marcadas o a veces poco importantes.—Algún día te regresaré el dinero, o renueva los votos con mamá. No tiene que ser un desperdicio…—El menú ya se planeó con tus gustos y los de Lucas.—Pero…—Y no hay más que decir, jovencita.—¡Aash!Me levanté de prisa, tomé mi mochila, donde llevaba mi uniforme rojo de la heladería, que reposaba sobre la silla movible de la par, y caminé hacia la entrada del despacho. Más la voz del tío Maxwell me detuvo.—Si ves a Lucas… dile que estoy orgulloso.Me sorprendió tanto que tuve que dar media vuelta para ver su rostro. Sin embargo, había bajado la mirada en dirección al escritorio.Era un padre que se equivocaba, después de todo. Al igual que el mío… y como quizá en poco tiempo, sería yo.___________________________ | | | | | | | | | | ☆ | | ☆ | | ☆ | ☆ | ☆ | | ☆ ☆ |

[EDDY]La ciencia explica que las estrellas generan luz por las reacciones nucleares que se producen en su interior. Hace un increíble viaje a través del espacio y de esa manera llega a la tierra, destellando en nuestros ojos al mirar al cielo. Hay una estrella que no podemos ver, pero que sabemos que está ahí y su energía es tan poderosa que es capaz de iluminar todo un planeta. Los científicos han calculado que la luz del sol tarda ocho minutos con veinte segundos en llegar a la tierra, y era justo ese el tiempo que llevaba sentada en aquella cama, con mis manos unidas sobre mi vientre y mi mirada perdida en el vacío.Las lágrimas caían sin ningún esfuerzo por mis mejillas y me daba lo mismo si el maquillaje ya estaba puesto, solo quería llorar para soltar todo el ardor que sentía en mi pecho.Sequé de nuevo mis lágrimas al escuchar como la puerta de madera del cuarto continuo era abierta y, como si mis piernas tuvieran vida propia, me puse de pie y abrí la puerta sin siquiera medit

[CONTINUACIÓN]—¿Eres idiota? —dijo de pronto, como quien ni se inmuta por la culpa de haberme traicionado. —¿Si Eddy te dejó por mí, entonces qué hago aquí y no con ella, tarado? —Señaló furioso, y quizá tenía un punto, al menos que… —. Y no, no la voy a alcanzar luego. Ni siquiera sé dónde está.Rodé los ojos, ganando como recompensa un nuevo mareo.—Apuesto a que todos ustedes sabían que esa lunática se iría.Todos negaron con rapidez, incluso mis padres y Gloria, a excepción de Nicolás.—Se llevó tu auto —Señaló mi padre, viendo a su amigo con mala cara.El tío Mitchell se encogió de hombros y aceptó.—No están listos para esto —dijo, cruzando sus brazos con bastante firmeza —. Míralos, ella es un asco para tomar decisiones o pensar siquiera en una, y él… —me incliné para vomitar —. Bueno, ahí lo tienes.Todos asintieron.Me repuse, caminé unos pasos y papá me detuvo.—Hijo, yo…Aparté su mano de mi hombro, tomé otra botella de la mesa de los invitados de honor, y caminé a modo zo

[CONTINUACIÓN]—Bu… Buen día, señor…—Maxwell —completó en tono burlón, mirando mi cuerpo de pies a cabeza con esa mirada intensa que solo él tenía, quemando por dónde sus ojos pasaban y seguramente mirando más allá de lo que aquel vestido beige holgado de embarazada cubría. Se detuvo un segundo a ver mi vientre abultado y fue ahí cuando su sonrisa traviesa desapareció. Ahora tenía sus ojos rojos y húmedos, como si quisiera llorar.Tragué grueso y asentí, apartando la mirada.Ahora sabía de Cosita. Sabía que estaba embarazada y… ¿Qué haría ahora? Seguro se iba a molestar por no habérselo dicho. Sin embargo, sus ojos, prosiguiendo su camino y se detuvieron una vez más en mis más abultados senos.¡Vaya, sí que hacía calor! ¡¿Qué no había aire acondicionado…?! Sí, había, yo lo encendí, es cierto.¡Rayos! ¿Por qué me estaba haciendo esto?.Una vez más, su voz me hizo temblar.—¿Me llevas con tu jefe, Diddy?Fastidió, pero…Ya no sonreía, solo me miraba serio y triste.Volvía a ser el Luca