Al salir de una junta, Zara observa a Hernán parado en la entrada de su oficina, la morena camina hasta su despacho notando que él se percató de su presencia.—¡Hernán! —lo saluda desde lejos.—He estado llamándote y no me has contestado la llamada.—Estuve en reunión todo el día —responde al mismo tiempo que ingresa en su oficina para luego tomar asiento —. Por eso no pude atender tu llamada, los siento mucho.—¿Junta? ¿reunión? —refuta enojado —. Mientras tu estas aquí muy tranquila, mi prometida esta quien sabe dónde quizás siendo devorada o asechada por tiburones.Zara se tensa puesto que el carácter del novio de su empleada era de temer, sin embargo, ella no podía hacer nada más que esperar una llamada de su jefe Angus.—Hernán, no creas que eres el único que está preocupado, yo también lo estoy, todos los días oro por la salud y bienestar de Julia, pero ¿Qué quieres que haga? No está en mis manos el rescate de ellos.—¿Y a mí que me importa la vida de la persona con la que ella

El helicóptero peina toda la zona cercana a la isla Honolulu, pero no encuentra rastros de los destrozos de la avioneta de Bruno, se topan con varias islas, pero todas eran demasiado pequeñas como para que Bruno aterrizara.—No encontraremos nada en estas islas tan pequeñas.—Pienso que no estaban tan cerca de Honolulu, a menos que la tormenta haya arrastrado la avioneta kilómetros más lejos.—¿Crees que están en alguna isla?—Si lo están, debe ser en las más lejanas, y para esas zonas la tormenta es muy pesada. No podrían tan siquiera acercarnos.—El jefe no estará muy contento cuando le digamos que no hemos dado con ese avión.Hombre sigue mirando con sus binoculares las pocas islas y el basto océano, pero todo estaba limpio, sin ningún rastro de Bruno o esa señorita. Iba a ser un rescate bastante difícil.—Seguiremos buscando un poco más, hasta que podamos mantenernos en el aire.—De acuerdo señor.[…]—¿Reanudaron la búsqueda? —musita Zara toda emocionada.—He ordenado que lo hici

Los helicópteros regresaron a la isla sin buenas noticias para Angus Zaharie, por más que recorrieron la zona indicada por Bruno no encontraron nada, sin embargo, pensaron que era mejor ir un poco más lejos para ver si tenían suerte.Pero eso ya seria al siguiente día ya que por la noche dudaban que tuvieran algo suerte, en cuanto los helicópteros aterrizan, el primer mensaje que recibe es del señor Zaharie. El hombre frunce los labios y cree conveniente que visitar a Angus era lo correcto para informarle lo que estaba pasando.Cuando Angus oye el informe del jefe de rescate baja la cabeza, tenía muchas esperanzas de que encontraran a Bruno ese mismo día, pero no fue así y eso lo angustio más de lo que ya estaba.—Entonces, ¿Qué significa que no lo encontraran?—Esto toma tiempo, mañana volveremos a buscar un poco más lejos de los parámetros que nos indicó Bruno, probablemente la tormenta los arrastro hacia otra parte. Supongo que él me dio las ultimas coordenadas del lugar donde esta

—No, Bruno, claro que no —intenta tomarlo de la mano, pero él la aleja rápido mientras que no aparta la mirada de ella—. No fuiste ningún escape para mí, déjame explicarte como son las cosas.—No necesitas explicarme nada, simplemente porque yo no fui nada importante para ti. Lo que paso en la isla se quedó allá y ahora cada quien debe ser con su vida, fue lo que acordamos ¿no lo recuerdas?Para ese entonces, Julia ya no podía aguantar las ganas de llorar y termina por derramar lágrimas mientras que observa a Bruno. Y ahora como le explicaba lo que sentía por él, que Hernán era su novio, pero no o amaba.—Yo no estoy enamorada de él, nosotros no…—No me digas que no lo amas, porque ese anillo dice lo contrario, Julia.—Es solo un anillo, él me dio porque pensó que yo.—Ya no continues, solo vine a devolvértelo porque sé que es importante para ti—ella mira con lamento a Bruno, ni siquiera la quería oír —. No voy a interferir en nada, yo me estoy apartando porque entiendo bien lo que pa

—Hernán, por ahora tengo mucho trabajo aquí en la isla. Cuando yo termine mis compromisos en este lugar y regresare a la ciudad, ¿de acuerdo?—Si, por supuesto, eso puedo entenderlo y espero que no tengas que viajar más a ese lugar. No pienso tolerar que te ocurra nada más.—Estoy muy cansada, creo que descansare un poco. Hablamos luego.—Claro, cariño. Descansa, te amo.Julia cuelga la llamada antes de poder responderle nada a Hernán, no podía ser hipócrita y decirle palabras falsas. Al menos le debía encarar frente a frente y no se runa cobarde para esconderse detrás de una llamada.Suelta el aliento y en ese instante piensa en Bruno y en esa tormenta que los asechaba, mira hacia la ventana y se preocupa, aunque él le hubiera dicho que estaba bien, le daba miedo pensar que estaba allá en esa isla.[…]En cuanto la tormenta comenzó a pasar por la isla, Bruno dio la orden de ponerse mano en la obra con su barco. Sin embargo, el sol estaba a punto de ocultarse, y el capital no quiso ha