La boda que había comenzado como una de en sueños, y en la cual luego hubieron gritos y exabruptos, finalmente había terminado con una bella fiesta, donde las copas de champagne y platillos deliciosos no pudieron opacar la presencia de la novia, y no solo de los invitados, Alexander se sentía nervioso, algo que le parecía ridículo, llevaba viviendo con Sofía poco más de 1 año, la conocía hacía 4 años, y le había hecho el amor casi a diario, y aun así, su corazón bailaba ante su sola presencia, y sus manos incluso temblaron una vez que al fin llegaron a la suite presidencial, esa que Dylan había pedido para ellos, y por supuesto se había ofrecido a cuidar a las pequeñas Denisse y Riny con ayuda de Aria por supuesto.La palabra belleza era algo que para el punto de vista de Alexander, estaba sobrevalorado, bien podría decir que Sofía era exquisita, porque no era solamente su belleza física, lo que lo encandilaba, era su inteligencia, su labia, una mujer con la que se podía hablar de tod
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