Porque éramos gemelas, Laura fue hostil conmigo desde niña. No le gustaba compartir conmigo en ningún sentido, así que: capturaba la atención de nuestros padres, me robaba los juguetes y se apropiaba de mis vestidos bonitos, aunque ella tuviera una copia exacta. Todo lo que yo valoraba, ella lo quería. Antes, mi madre y mi padre eran justos. Lo que recibía mi hermana, también lo guardaban para mí. A menudo le decían a ella que no me arrebatara las cosas, pero tras lo ocurrido hace cinco años, pusieron toda su atención en Laura. Creían que yo era egoísta porque no había visitado a mi padre cuando estaba enfermo. Desde entonces, en nuestras discusiones, siempre se ponían del lado de Laura sin condiciones. Lo que más me decían era: —¿Por qué molestas a tu hermana? Tras años de pelea con ella, yo había perdido por completo. Ya no tendría más oportunidades de enfrentarla, así que le dije en voz baja: —Sí, ganaste. La cirugía de trasplante renal sería en dos horas y, con ella, mi
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