Llegamos a casa y la emoción de irme de viaje, hace que ignore mi situación actual y por ello, apoyo el pie, cuando bajo del auto y ello, hace que recuerde de la peor manera, que no estoy en condiciones de irme a recorrer Francia.— ¿Se encuentra bien, señora? — preguntan ambos preocupados y yo sonrió ante mi torpeza. — Sí, lo siento. Fui muy descuidada — murmuro avergonzada.— Me ha dado un susto de muerte. Ya me imaginaba al señor Lennox mandándome a la India a trabajar — murmura el asistente angustiado.— ¿Eso es lo que te preocupa? ¿Crees que si algo sale mal conmigo podrían darte un castigo tan severo? — pregunto sonriente.— No sonría que es en serio.— No es posible. Harding no haría eso por mí. — respondo y el asistente suspira profundo.— Mejor no pongamos a prueba s

Despierto por el dolor en mi pierna. Al parecer, el efecto de los medicamentos ha cesado o la lluvia ha afectado mi sueño profundo, porque cuando despierto y se escucha un trueno, siento que todo duele y yo hago un gran esfuerzo por no gemir del dolor, al sentir una mano en mi abdomen. — Tengo mucha suerte. — susurro sabiendo a quien pertenece la mano.Feliz por ello, miro a mi lado y observo al hombre que tanto he anhelado, durmiendo tan plácidamente que parece sacado de una revista. La pose, su belleza y cuán increíble se ve, es un golpe fuerte a mi débil cuerpo.Pero será de las pornográficas donde te muestran a un hombre desnudo y cubierto con una molesta sabana blanca que precisamente cubre su miembro. — dice mi mente y yo me ruborizo, mientras mi mente se queja por confirmar ello. Feliz por tenerlo a mi lado sabiendo que le gusto, observó su pecho subir y bajar lentamente

Una semana despuésCada día que pasa, veo el viaje más lejos y lo peor, es que no he podido tener una noche tan agradable como la primera noche con metal en mi pie. Harding, solo puedo verlo cuando se está preparando para trabajar o cuando llega muy tarde y agotado. Por lo que, pedirle que me atienda, es demasiado. Mis días, pasan más aburridos cada día y es debido a que aún no hay Internet ni señal. Algo decepcionante para un edificio tan moderno y nuevo. Sabiendo que no hay más que hacer, termino de leer una de las tantas revistas que traen para mi entretenimiento y con mis muletas, caminó hacia el balcón donde respiro un poco de aire fresco, sin mucho que ver. Porque incluso, una vista tan magnífica, aburre si es lo único que ves. Aburrida y deseando poder hacer algo más que solo limpiar cuando nadie ve, me quedo en el balcón ansian

Narrador OmnipresenteHarding mira fijamente a Miley, necesitaba que se durmiera todo el viaje hasta que llegarán a casa. Después de todo, la prensa era insistente y ya se encontraban allí aunque la pista fuera privada y no podía permitir que Miley supiera la verdad. — Señor, ya estamos por aterrizar — informa una de las azafatas. — Bien, ¿podrías traer agua? Miley necesita tomar medicina.— No creo que pueda digerirlo ahora que vamos a despegar. — ¿Prefieres que te de algo para dormir? — No, no quiero perderme nuestro viaje juntos.— Vendrán más — insistir Harding. — Pero, ya no será el primero. Tomaré la medicina después, deja ver como despegamos. — pide Miley y Harding asiente resignado.— De acuerdo. Pero, no ignores tu salud porque ya te sientes mejo

Comenzamos a cenar y yo disfruto de todo lo que me rodea e i causó, del vino sin alcohol que sabe delicioso, mientras me recuerdo que yo, la chica que no salía de su casa sino a escondidas y dormía en el ático, ahora está en un yate con el hombre que ama y en Francia. Terminamos de cenar, conversando de cosas triviales y para digerir mejor la cena, nos quedamos en las sillas sobre el yate, para poder disfrutar de la vista y la noche estrellada. Hasta allí, Harding sube tres botellas del vino que está tomando y una de la mía .— ¿Por qué hay tantas botellas de vino? — Las estrellas se disfrutan mejor bebiendo un poco de elixir de la felicidad — responde Harding y yo lo observo sorprendida por cuan bueno es con las palabras. — Entiendo.— Tu vino sigue siendo sin alcohol. Así que, no habrá problemas con las medicinas que consumes