RylanEl sonido del cristal al romperse aún vibraba en mis oídos cuando salí de la habitación.Pero no era solo eso. Era la voz de Nuria. El grito silencioso. El dolor clavado en su mirada... reflejando el mío."¿Jenna?" repitió, con los ojos fijos en Stefanos. "¿Dijiste... se fugó? ¿Qué significa eso, Stefanos?!"Él se acercó, intentando calmarla, pero ella retrocedió un paso, las manos cerradas en puños a los lados del cuerpo."¡No intentes protegerme. Dime la verdad!" Su voz se elevó, temblorosa. "Ella fue tras nosotros, ¿verdad? Y ahora... ¿nadie sabe dónde está?""Estamos lidiando con eso", respondió Stefanos, firme, pero calmado. "Salió de Boreal. La estamos rastreando"."¡Es mi amiga!" gritó Nuria. "¡Mi hermana de alma, Stefanos! Tú sabes lo que Solon me hizo. ¡Tú sabes de lo que es capaz! ¿Y si él o cualquier otro la atrapó...?"Su cuerpo comenzó a temblar. Los ojos estaban anegados, pero la rabia contenía las lágrimas. Golpeó el pecho de Stefanos con fuerza, una, dos veces, c

RylanEl campamento de Solon estaba en ruinas.El fuego consumía parte de las tiendas. Gritos ahogados se mezclaban con el crepitar de las llamas y el olor sofocante de sangre, madera quemada y vísceras expuestas. El suelo estaba cubierto de cuerpos, algunos gimiendo, otros destrozados. Era el infierno. Y yo había sido el demonio.Pero nada de eso importaba.Porque ella aún no estaba en mis brazos.Y yo sentía. Sentía que cada segundo era una amenaza para lo que quedaba de ella."¡JENNA!"Mi voz resonó como un aullido desesperado, reverberando por los árboles, cortando la noche.Mis ojos recorrieron cada centímetro del caos. Las tiendas ardían a fuego lento. Las estructuras estaban retorcidas, caídas, esparcidas como huesos de una bestia muerta.Y entonces la vi.La tienda central.O lo que quedaba de ella.Se había derrumbado con la pelea. Una pila de lona rasgada, tablas rotas y estacas afiladas apuntando al cielo como garras hambrientas.E incluso sin ver...Lo sabía.Ella estaba a

JennaLa oscuridad era cálida.Silenciosa.Casi... acogedora.Flotaba allí, sin peso, sin dolor, sin miedo. Era como si el mundo se hubiera apagado, como si mi mente hubiera desconectado todo para protegerme. Pero había algo que insistía en tirar de mí de vuelta. Un sonido. Una voz."Te amo, joder..."Su voz."Perdóname por tardar tanto en entender. Pero ahora lo sé. Y te juro... si vuelves a mí, si abres los ojos ahora... pasaré toda mi vida haciéndote sonreír de nuevo."El mundo tembló.Algo vibró dentro de mí, como si mi corazón reconociera aquella promesa.Mi alma intentó salir a la superficie.Sentí dolor.Sentí el peso del cuerpo, los cortes en la piel, la cabeza palpitando. Pero también sentí su tacto. La mano caliente entrelazada con la mía. Su frente apoyada en la mía. El olor... El mío. Y el de él.Y entonces... el sonido de la desesperación se convirtió en oración."Sálvala... salva a mi pequeña. La única parte de mí que todavía está viva de verdad."Ah, Rylan...Viniste.M

DianaEl agua caliente envolvía mi cuerpo como seda líquida, perfumada con aceites raros y espuma brillante. Las altas ventanas del baño dejaban que la luz de la mañana entrara en suaves haces, dorando mi piel. Mis manos se deslizaban sobre mi vientre, ahora evidente, y una sonrisa se dibujó en mis labios.El heredero crecía fuerte.Y con él... mi imperio.Era esto lo que siempre había deseado.Una sangre pura. Un trono a mi espera. Y ahora, cargando el fruto de la unión entre el linaje Eclipse y Varkas, no era solo una loba, era la nueva era.El trono podía tener un nombre temporal ahora.Pero no importaba.Al final, todos se inclinarían ante mí.Cerré los ojos, me sumergí hasta el cuello y solté un suspiro satisfecho, hasta que oí pasos apresurados resonando desde el otro lado de la puerta."Señora..." — era Adrian, el beta de mi padre, con la voz cargada de tensión. "Perdón, pero tenemos una situación...""Entra, Adrian," corté, perezosa, sin moverme de la bañera.La puerta se abri

StefanosEl cielo de la mañana aún estaba nublado, pero por primera vez en días, mi cabeza no parecía a punto de explotar.Caminé por el patio del ala médica con pasos firmes. El olor a medicina, sangre seca y vendajes sucios todavía flotaba en el aire, pero ya no me molestaba.Ella estaba viva.Y eso significaba que Rylan también.Salimos de la habitación en silencio. Rylan caminaba a mi lado, sus pasos más pesados que antes. Cuando llegamos al área exterior, se detuvo, apoyándose en la pared con los brazos cruzados. La mirada estaba distante, fija en algo que no estaba allí. La sombra del lobo aún pesaba sobre él, incluso con Jenna viva, la batalla dentro de él estaba lejos de terminar."Estás fatal," solté, deteniéndome a su lado."Tú también lo estarías," respondió, sin girar el rostro, pero con una pequeña sonrisa brotando en sus labios."Ya pasé por eso, ¿recuerdas? Más veces de las que me gusta pensar. No sé cómo sigo en pie.""Me pregunto lo mismo. Ellas nos van a matar de un