Las parejitas se habían formado, solo quedaba la dulce Emily que trataba de pasar desaparecidos con una copa de champaña que jugueteaba en sus manos. En ese día tan importante para ella y sus hermanas, al parecer el chico que le gustaba no había asistido, se lo había encontrado un par de veces por casualidad en unos eventos de amigos en común de sus padres, incluso habían cruzado algunas palabras conversando por largo tiempo. Lo que le dió una pequeña esperanza de que él también gustaba de ella. — Pero que ilusa soy, no sé cómo llegué a pensar que ese joven CEO podría llegar a interesarse en mí, solo falta verlo para darse cuenta de que está solamente dedicado al trabajo, y que no le interesa el amor romántico, ahhh... Creo que tendré que dejarlo ir, él nunca será para mí. Más de pronto, desde las sombras a espaldas a la jóven Mendoza, se escuchó una voz gruesa que hacía una pregunta. — ¿A quién tendrás que dejar ir, señorita Mendoza? Emily sintió que toda su piel se eri

El CEO Darkok no era que tuviera muchos argumentos en contra de los gemelos Mendoza, en realidad ellos no le habían dado problemas a Rafael ni con los estudios, ni con su comportamiento, y tampoco con el trabajo que desempeñaban en la compañía familiar, pero... aún así. — ¿Acaso necesito una razón para no querer a cualquier chico cerca de mis hijas? Ellas están muy jóvenes aún para salir con alguien, son ingenuas e inexpertas, tus gemelos ya les llevan camino, no me parece adecuado que se vayan a emparejar, es por eso que quiero que les pidas que se alejen de mis princesas. — Fíjate que viéndolo bien, tus gemelas son muy lindas y adorables, te has encargado de darles una magnífica educación tanto académica, como en su vida personal, son de excelente familia, hijas de Angelic Diamich, la famosa y billonaria arquitecta. — ¿Qué quieres decir? Habla claro Rafael. — Lo que quiere decir es que no podria encontrar mejores candidatas para nueras, son hijas de sus mejores amigos y

De regreso a su mesa, y con el CEO Darkok, y el CEO Lombardi, Rafael no tenía buena cara, ellos se le acercaron para preguntarle como le había ido con esos dos orgullosos empresarios. — ¿Pudiste hablar con Alexander y Dominic? — Si, de hecho conversamos bastante sobre el tema que me interesa, Doménico. Tu hermano defiende a muerte a tu sobrino Sergey, dice que si le interesa mi Emily, no podré hacer nada para alejarlo, que es muy obstinado y con convicciones fuertes. — Bueno, te fue honesto, Rafael, Sergey es de carácter fuerte, no te olvides que por su sangre corren los genes de los Lombardi, y los Ivanov, tanto mi hermano como yo tenemos suegros aterradores, a él le tocó un estricto ruso, y a mi un demonio Black, donde hubiese dado un paso en falso y se me ocurriera lastimar a Stella, juro que me habría asesinado. Si, de eso puede estar seguro, ese CEO tiene un aura poderosa y fria. Además que te has casado con su única hija, el hombre adora a tu esposa, es su tesoro. — El

Emiliano estaba molesto con Vladimir, si él no se hubiera descuidado con Ángela, lo que pasó entre ellos no habría sucedido, y no es que se arrepintiera, era que por primera vez no había podido controlar sus instintos. — Estás muy extraño, ¿Desde cuándo te preocupas tú por mis hermanas? Mejor deberías de cuidar de las gemelas, hay muchos tigres por aquí que estan de cacería, ¿Vas a esperar a que uno de ellos se las coma? — Que mal genio, y dices que el extraño soy yo. — Dijo de mala gana el heredero Darkok. No había funcionado pedirle a Emiliano que fuera a poner órden con las trillizas y esos herederos que parecían príncipes encantadores, esta noche los jóvenes CEOS Mendoza estaban inusualmente muy condescendientes. Rafael después de bailar largo rato con la bella Diane, la fue a entregar a sus padres a su mesa, ellos volverían a bailar en un rato, el gemelo echó disimuladamente un vistazo a Ángela, ella estaba muy pensativa, pensó que demasiado como para estar en una fiest

La pregunta había quedado en el aire. Era muy inusual ver al heredero Darkok en esas andadas, sobre todo siendo tan frío. Nunca lo habían visto cariñoso con alguna chica. — Bellas trillizas Mendoza, que gusto saludarlas, ¿Cómo adivinaron a lo que vengo? Parece que soy muy obvio. — Extrañamente el hombre rió. — Entonces una jóven del campus conquistó al difícil Vladimir Darkok, ¿Eh? — No lo voy a negar, aunque ella ni siquiera quiere mirarme, ¿Me pregunto que hice tan mal para que ya no me quiera? — Oh... No desistas Vladimir, una vez que se de cuenta de que eres un jóven de buena familia, serio, dedicado al trabajo, estoy segura que va a cambiar de opinión. — Te faltó decir picaflor, Emily, al heredero Darkok le gusta tener más de una novia. — Señorita Rafaela, usted me está mal interpretando, yo no soy un mujeriego, antes de la fiesta tenía una relación, pero era solamente intercambio de favores, no era una relación formal. — Eso solamente lo pensabas tú, pero no e