~Analía~Entro al baño, afirmo mis manos en el lavado y miro mi reflejo en el espejo. «Estoy terrible». Me pregunto ¿en quién me estoy convirtiendo? Cada vez que me miro en el espejo siento que estoy desapareciendo, no me estoy rodeando de personas buenas y sabía que entrar en esta misión traería consecuencias, pero nunca pensé que sería perderme.Cuando mentí acerca de haber liberado a Tomás nunca pasó por mi cabeza que Alex iba a matar a ese hombre frente a mis ojos, todavía siento la sangre que me salpicó encima y por más que me lavo siento que la mancha no sale de mi cuerpo. Me he tallado tanto que tengo partes con sangre, pero en mi cabeza puedo escuchar los disparos.Quizás no soy buena.Me lavo la cara, parezco zombie, decido salir a seguir trabajando, los pasillos están solos. Voy llegando a mi oficina y se me cae el celular que llevo en la mano, logrando que la frustración que llevo adentro se haga presente y empiece a gritar y a pelear con el celular. ¡Mierda!...—¿Se puede

~Alex~—¿Vienes? Aparece Abraham, sentándose en la silla que está enfrente de mi escritorio.—¿A dónde vas? —le pregunto sin mucho interés.—A una discoteca, mi cuerpo necesita diversión, está cansado del trabajo.Deja caer su cabeza hacia atrás, dejando ver que en serio quiere salir.—Ve tú, no tengo ganas, tengo cosas que hacer.—¿Por qué siempre tienes cosas que hacer? Tenemos tiempo sin salir porque pasas metido en el trabajo.Masculla, mirándome.—Ya te dije que no tengo ganas de ir, vete tú, no necesito estar rodeado de tanta gente estúpida.Asiente con una sonrisa y se levanta, está por salir y se detiene.—Es una lástima que no quieras ir, escuché que Sam irá… con Analía. —¡Espera!Lo detengo.—Quizás tenga ganas de ir, el trabajo puede esperar.—¡Lo sabía, esa mujer te tiene loco!—Cállate, no sabes nada.Suelta una risita sabiendo que tiene la razón, me abraza y no evito hacerle mala cara, él me conoce, sabe que odio que lo haga y le encanta hacerlo. Abraham sabe muchas co

~Especial Manuel~Tener hermanos significa tener la paciencia más grande del mundo para no darle en la cara, y si es como el mío dudo que la palabra paciencia sea suficiente, —Es la persona más intensa e insistente en el mundo—. A veces siento que no lo soporto, pero me toca aguantarlo.Alex suele ser demasiado insistente cuando quiere algo, por más que uno le diga que no, siempre quiere hacer que la gente cambie de opinión.—¿Dejarás que lleve conmigo a Alejandro? Estará bien, nada le pasará. Tú sabes que lo cuidaré. Alex sigue insistiendo, mientras acaricia el cabello de mi hijo.—Ya dije que no, Alejandro tiene clases, no puedes llevártelo.—Solo serán tres días, nunca lo llevas de viaje porque pasa estudiando, necesita disfrutar.—Papá, por favor… —Alejandro hace un puchero—. Mi tío me cuida.—Ya dije que no, cariño, tú tío es irresponsable y los dos sabemos que serán más días.Se miran la cara y se ríen.—Ya que no quieres, entonces, el fin de semana se queda conmigo, así no pie

~Alex~Han pasado dos días y siento que algo está pasando con Analía, desde que entró a la empresa no ha fallado un solo día, pero ahora tiene dos días en los que no aparece y tampoco llama para reportarse, sí, ella hace lo que le da la gana, pero no parece el tipo de persona que desaparece y no deja rastros.Decidí venir donde Sam, ellas son amigas, debe saber dónde está. Toco el timbre del departamento y espero que alguien salga, espero varios minutos y vuelvo a tocarlo con insistencia. Sam abre la puerta y al verme sus ojos se hacen grandes.—Señor… Alex —tartamudea.—En la empresa me pasaron tu dirección. ¿Dónde está Analía?—¿Analía?—¿Eres sorda?Me cruzo de brazos mientras la miro.—No está aquí.—Estaban juntas en la discoteca, pasan hablando en la empresa, y me dices que no está aquí. No te creo nada.—¿Por qué le mentiría? Ella no está.La hago a un lado y entro a su departamento. No me preocupa Analía, me preocupa que sabe más de lo necesario. No me quiero arriesgar a que c

~Alex~—Te quiero preguntar algo y quiero que seas sincera.Le digo a Analía cuando se sienta a mi lado. Ya se ha dado un baño, he curado las heridas que le dejó las cadenas. Quise que se quedara conmigo en el departamento.—¿Qué pasó cuando estabas con el ruso? Puedes hablarme con la verdad.Deja caer su espalda en el mueble dejando salir una bocanada de aire de manera exagerada. —En realidad, fue traumático, esa gente está loca. Están dispuestos a todo por sacarte del negocio. Desde que llegué me tuvieron amordazada y no hacían otra cosa que preguntarme dónde estaban tus escondites. No le dije nada, todo el tiempo le respondía que si los querían tanto que buscaran ellos mismos y por eso me lastimaban, varias veces me pegaron, el que tú llamas el ruso más que todo. —¿Él no te tocó? —No abusó de mí, si es eso lo que me quieres preguntar. Pero te juro que quería que me soltara para hacerle pagar todo lo que me estaba haciendo. —Si te secuestró una vez va a intentar hacerlo nuevamen