~Analía~ ~Flashback~—¿Qué hiciste…?Hablo, las palabras salen a medias de mi boca, puedo ver las manos llenas de sangre de Alex, él se ve alterado y el arma está a un lado. ¿Qué hizo? Está arrodillado frente a Keylin sosteniendo la herida de donde no deja de salir sangre.Ellos iban a casarse…—Yo… no quería —trata de explicarme Alex en un susurro, sus ojos están llenos de lágrimas que cubren sus mejillas—. Fue un accidente, no quería hacerle daño.Llena de nervios, me acerco, agarro su muñeca y noto que no tiene pulso. ¿Acabó con la vida de su prometida? ¿Por qué lo hizo?—Dime que está viva, por favor…La súplica en la voz de Alex es tan clara, el miedo en su mirada lo puedo sentir.—Ella… está muerta.Le digo, con mi voz entrecortada y sabiendo que se ha equivocado.—¡No! ¡No! —se levanta de golpe, caminando de un lado a otro, mientras desordena su cabello con desesperación. La frustración es evidente en su rostro, pero hay algo más que no logro descifrar—. Mi vida se arruinaría

~Alex~Venir a la bodega muchas veces presenta estrés, a veces siento que hay demasiados ineptos, todo lo tengo que hacer yo, más ahora que saldrá un cargamento grande, la suma de dinero es considerable y no quiero perder un solo centavo. Mariana sabe que viajará a Colombia, lo que no sabe es que la policía la estará esperando para atraparla, no tengo remordimiento por lo que estoy haciendo, simplemente, necesito desviar la atención, y ella es una buena opción; Bonita, agradable y cero inteligente.Posiblemente, me odie, pero no me interesa. Mariana tiene que aprender que amar demasiado nos vuelve miserables, que el amor es lo más absurdo que puede existir, es una excusa para volvernos débiles. Nunca pondré en duda que estoy hecho para cosas grandes y que a medida que avance tengo que pisotear y dejar atrás a muchas personas, así que no es mi culpa que sea el turno de Mariana como un día lo fue con Carla; La que era mi secretaria y culpe de la “muerte de Keylin”. —Hoy sale el viaje

~Alex~—Jefe.La voz de reguero me hace voltearme para saber qué quiere.—Encontramos una mujer vigilando la pista.Me dice, logrando que mi buen humor sea reemplazado por una mala cara. —Que la maten, seguramente vio más de la cuenta.Se queda callado, puedo ver la duda en su mirada.—¿Ahora qué? ¡Dios!—La mujer es la señorita Analía. —¿Qué mierda acabas de decir?Lo quedo mirando con mis ojos más abiertos de lo normal. —¿Dónde la tienen? Quiero verla.—Afuera, no quisimos hacerle nada sin una orden de usted. Yo creo que esa mujer trabaja para la policía, no me da buena espina.—Llévame a verla. Camino adelante, sintiendo como las rabia se apodera de mí, sí es cierto que Analía trabaja para la policía tendremos que cambiar una de las bodegas porque ella ha ido y esta pista aérea la conoce, no me quiero arriesgar a que traiga a sus amigos los policías, esto sería una masacre. Aunque seguramente ganaríamos nosotros.Llego donde Analía, la tienen sentada en una silla con sus manos