—Te dije que los mataras, ahora ellos los trajeron hacia nosotros. —Edwin gritó asustado por ser atrapado.Tomás apretó sus puños, su amigo tenía razón, era mejor huir de ahí lo antes posible. Pero no se irían, así como así, primero los matarían para no dejar testigos.—Esperen… —Oliver quiso detenerlos. Viendo sus semblantes sabía lo que estaban pensando.La advertencia de Oliver no detuvo la determinación de Tomás y Edwin, quienes estaban decididos a eliminar cualquier obstáculo que se interpusiera en su escape. Con las armas aún en mano y la amenaza inminente de la policía aproximándose, la situación se volvía cada vez más desesperada.César y Oliver intercambiaron una mirada rápida, sabiendo que estaban en grave peligro. Sin embargo, no podían permitirse rendirse. Si querían sobrevivir y encontrar a Victoria, tenían que actuar con rapidez y astucia.—Por favor, no hagan esto. No ganarán nada matándonos —suplicó Oliver, buscando desesperadamente alguna oportunidad de convencer a lo
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