—No cabe duda, Young Boss: ¿y a qué sabe mi hermanastra?—Se ve inocente, pero en la cama es puro fuego.—Entonces, ¿debo llamarla hermana… o cuñada?—¿Cuñada? Para nada. Quiero conquistar a la capitana de las porristas; por si cree que no sé lo que hago, entreno primero con Cynthia.Al oír eso, me quedé de piedra; sentí que el corazón se me hacía trizas.Lucas, mi hermano adoptivo, también se quedó helado, pero enseguida soltó una carcajada.—Así se hace, Ethan. Hasta para practicar en la cama eliges a la diosa de todas. ¡Eres pura chispa! Me pregunto cuánto sufrirán los pretendientes de mi hermanita Cynthia cuando se enteren.Ethan soltó una risita despectiva. —¿Esforzarme, con lo ligera que es? Le hago un gesto con el dedo y ya está en mi cama.—Aunque, eso sí, tiene buen cuerpo. Lástima que, comparada con la reina de la clase, su busto se quede corto.—La miras con tanto detalle… ¿te gusta Cynthia? ¿O acaso también te interesa Sylvia? —inquirió Ethan, entornando los ojos
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