Bastián.- El sonido vibrante de mi celular sobre la mesa de noche me despierta, observo el peso que me invade y no puedo dejar de sonreír al verla y sentir su piel sobre mí, pero nuevamente soy interrumpido por el ruido insistente, lentamente aparto el cuerpo escultural que me acompaña, vuelvo a mirarla mientras duerme, las marcas de anoche quedaron grabadas en su piel tersa, un claro recordatorio de nuestra entrega. Veo el nombre de mi asistente en la pantalla ¿Qué parte de que estaré ausente no entendió? — Ben, espero que la empresa se esté quemando –Suelto casi con un rugido, él me conoce como soy y ahora estoy que lo mato a través de la línea. — Lo siento señor, pero usted me indicó que le avisará cuando los papeles de adopción de Mila llegaran, los acabo de recibir – Al escuchar esto salgo de la habitación en puntillas–. Todo está en orden, solo falta la firma de la señora Elizabeth, pero, ya es oficial. — Bien, recuerda decirle a mis hombres que mantengan vigilada a esa des
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