Elizabeth.- Por el espejo observo los retazos del hermoso vestido que mi mejor amigo había diseñado para mí, pero me sorprendió que le dijera a Bella que ese no sería el que usaría que tenía el verdadero. Lo que más me deja atónita es que alguien se haya atrevido a hacer algo así, aunque después de anoche no era vista con buenos ojos. Y pensar que si gano, debo anunciar mi matrimonio con Bastián Walker… Acaricio a Zeus, mirando por el espejo a la estilista que me está peinando en silencio, siendo vigilada por Bella que parecía un halcón, hasta ahora no la había visto tan enojada. — Espero que tú no hayas tenido nada que ver en esto, porque de ser así más te vale que te hayan pagado muy bien por hacerlo, después de esta noche es lo único que recibirás como pago. — Yo no tuve nada que ver, señorita Bella se lo juro por lo más sagrado que es mi hija –Bella y yo cruzamos miradas. — No solo no debiste hacerlo por no perder el empleo –La mujer me miró. –, sino por tener la segurida

Elizabeth. - Me sentía sin duda alguna como una verdadera diosa. Joel se superó con esta creación. El vestido es una combinación de colores negro y dorado que está completamente adornado con un intrincado patrón de pedrería de alta calidad que fluyen de arriba abajo, una cola amplia, un escote alto modesto con cierre de cremallera alta en la espalda y tirantes gruesos con pequeños destellos de la misma pedrería, la falda ajustada se completa con una abertura central para un toque sexy y único. Por primera vez, disfrutaba de tener puesto algo tan hermoso. Fue idea de Bella dejarme desfilar de última, seguro hubo rumores, pero valió la pena el desagradable incidente, aunque cuando salga de todo esto le preguntaré a ¿mi… cuñada? Porque eso es lo que es ¿no? bueno, el punto es que averiguaré quien fue la persona que destrozó mi vestido, sé que hay mucha competencia en estos concursos, pero ¿Por qué la maquilladora querría arruinarme? No soy tonta, alguien le pagó para que lo hiciera.En

Teressa. - Cierro los puños con tanta fuerza que mis uñas se clavan en la palma de mis manos. Elizabeth no solo consiguió otro vestido, sino que fue uno mejor que el pagué por destruir, la corona y la atención de todos.El imbécil de Joel me engañó. Es evidente que pudo ver mis intenciones y ahora… ¿Qué es esto de que está casada con Bastián Walker? el hombre que siempre quise para mí. — ¡Maldita sea! –ella no lo puede tener, no antes ni ahora. De solo pensar en estar con un hombre hecho un monstruo era impensable para mí. Los hombres me llovían a cántaros, pero con mi carrera estancada y los rumores, también con ello se están acabando los pretendientes. Y no entiendo por qué, si sigo siendo una mujer muy hermosa, con un buen cuerpo, aún soy joven, pero desde la sospecha que recae sobre mí por haber apartado del camino a la modelo Diana Nicols por el contrato de Channel nada fue igual. Todos me miran por encima del hombro, no debí lanzar a esa idiota por las escaleras, lo bueno f

Elizabeth. - Fue doloroso lo que sucedió con mis padres, vi la tristeza en la mirada de mi papá, pero a pesar de la explicación de Bastián él no dijo una sola palabra y siguió al lado de mi madre. Tengo que avanzar y ellos eran una cadena que me oprimía.Al final, no nos quedamos en la suite presidencial del Waldorf, no me sentía bien para seguir disfrutando y Bastián lo entendió a la perfección. Les pidió a Bella y Joel que nos disculparan y me trajo a nuestro hogar, por llamarlo de alguna forma. Zeus me observa y acerca su trompita a mi pierna, le sonrío y lo acaricio detrás de las orejas. — Ahora te tengo a ti ¿No es cierto? –De repente Zeus levantó sus orejas y saltó de la cama moviéndose desesperado rasgando la puerta – ¿Zeus que sucede? –El cachorro seguía rasgando la puerta gimiendo como si algo le doliera, abrí la puerta y salió disparado hasta la habitación que estaba al final del pasillo, corrí detrás de él cuando se detuvo rasgó la puerta con sus patas gimiendo, pegué un

Mansión Sullivan. -— ¿En qué mierda estabas pensando cuando decidiste arruinar el vestido de tu hermana? ¡Teressa, por dios! –grita una encolerizada Tatiana tomando de los brazos a su hija Teressa.— Basta mujer. Deja que hable. Teressa, tu madre tiene razón. Ahora, estamos en el ojo del huracán y en parte por tu culpa –su padre la recrimina.En su mente Teressa no está conforme y su cerebro le dice que es hora de que se ponga como la víctima en esta situación. — No puedo creer que ustedes piensen que yo pude haber hecho algo así –Toma aire antes de botar la primera lágrima. –Sé que Elizabeth y yo no hemos tenido una buena relación, tal vez ha sido mi culpa, siempre pensé que llegó para quitarme el amor de ustedes, pero nunca, jamás haría algo como eso de lo que ustedes me acusan y en vez de estar aquí reclamándome ¿Por qué no lo hacen con ella? Está casada con el hombre del que siempre estuve enamorada, es ella la que busca quitarme todo lo que he querido, pero si quieren pensar es