El señor Leonard me observa por unos momentos, luego fija la mirada en la carretera antes de pasar a explicarme.   —Para que Gloria haga ahora mismo una entrevista donde cuente que somos pareja y tenemos un hijo —me quedo sin habla, sintiendo cómo mi corazón late acelerado—. Mándale, además, fotos tuyas con Alan para que haga un montaje conmigo. Dile la historia del padre imaginario.   No protesto; tiene razón. Tenemos que manejar esto con inteligencia o destruiremos no solo nuestras vidas, sino la empresa. Y, sobre todo, mi abuela se sentiría decepcionada si se entera de que le he mentido en algo tan serio.   —Ya le mandé todo a David —suspiro y sigo—. La historia de su papá que le conté es que hacía películas y que por eso tenía que viajar mucho. Ahora que lo pienso, y mirándolo a usted de cerca, creo que fue a usted a quien describí el día que él me preguntó cómo era su papá.   —¿En serio? —pregunta Leonard sonriendo.   Lo observo

Gloria se sienta delante de mí mientras tomamos un jugo que nos sirve Lúa, que sigue haciendo lo suyo, pero atenta a la conversación.—Bueno, ¿te acuerdas de Cintia? —pregunta Gloria.—Sí, ¿qué pasa con ella? —Me intriga esa mujer y la relación pasada que tuvo con Leonard.—Ella sabe el problema de Leo y otras cosas más; lo chantajea con eso —dice bajando la voz—. Estoy segura de que ella va a escarbar muy profundo, tratando de demostrar que todo esto es una mentira, así que tenemos que hacerlo todo muy bien, Clío.—¿De veras crees que haga eso? —pregunto con incredulidad—. La vi muy bien acompañada.Gloria asiente con un gesto serio, su mirada reflejando la preocupación que yo también siento en el fondo. Sabe tanto como yo que Cintia no es una mujer que se rinda fácilmente, y su pasado co

Soy una chica muy hermosa, no soy muy alta, tengo el pelo rojo y unos ojos verdes vivarachos. Mi cuerpo es muy estilizado, aunque siempre he preferido que fuera un poco más voluptuoso, como el de Clío. Siempre he sido desenfadada, hija única de mis padres, quienes me tuvieron cuando ya estaban casi entrando en los cuarenta, por lo que me han mimado mucho. Desde pequeña, conocí a Clío en la escuela, justo después de que ella perdió a su mamá. Le cogí cariño al saber que no tenía mamá, y nos hicimos grandes amigas. Clío siempre me defendió, y yo a ella. Nos queremos como hermanas. Sin embargo, en temas del corazón no me ha ido tan bien. Tengo muchos conocidos que siempre me invitan, ya que soy la chica que todos quieren tener en una fiesta; soy la más alegre, la que anima a todos a bailar, a beber, a hacer chistes y a jugar.Aunque todos piensan que he tenido un sinfín de novios, la verdad es que solo he amado a Henry. La primera vez que lo vi, estábamos terminando la preparatoria. Me

Cuando al fin nos separamos para tomar aire, Henry me abraza de nuevo como si quisiera fundirme con su cuerpo.—Lúa, yo también solo te he amado a ti —confesó entre beso y beso—. Perdóname, amor, perdóname, por favor. Sé que no merezco tu amor por estúpido. Debí venir a ti, preguntarte, pero no éramos novios, bueno, al menos no lo habíamos hablado. Lúa, por favor, perdóname.  —Henry, no sé en estos momentos qué hacer, pero sabes que te amo. Dame tiempo para procesar todo esto —dije, confusa entre mi molestia y el amor que le tenía.—No, Lúa, hemos perdido mucho tiempo. Lúa, cásate conmigo. —Y diciendo esto, se puso de rodillas delante de mí, con un anillo de compromiso en sus manos—. —Lúa, eres el amor de mi vida, que por estúpido he desperdiciado seis l

Hablo todo con calma y naturalidad para convencerla de que todo está bien entre Leonard y yo. Eugenia asiente mientras termino de preparar las frutas para Alan. Puedo ver que quiere preguntar algo más.  —¿Por qué lo deja usted andar con todas esas modelos? —pregunta intrigada.  —Es solo propaganda, y así no investigan su vida —respondí lo que habíamos planeado—. Quería que mi Alan creciera sin esos paparazzis detrás, pero ya lo descubrieron todo.  —Vaya, ustedes son realmente un matrimonio muy extraño —murmura sin dejar de trabajar—. Pero la entiendo, señora. A mí también me acechan, queriendo que les cuente cosas del señor, hasta me ofrecen mucho dinero. Sin embargo, yo no voy a traicionar al señor. Cuando estaba prácticamente en la calle, él me dio trabajo, aunque no tenía refe