58. Un niñø desesperado.
Narrador Omnipresente —Salvador… —Annie lo llama, mientras su mente elabora un nuevo plan—. ¿Crees que, así como puedo proyectar las fantasías del inconsciente, también sea posible hacerlo con sus temores?Él la observa detenidamente, tomándose un momento antes de responder. Hay algo en la mirada de Annie, una chispa peligrosa y decidida, ese destello que en ocasiones ha visto en Mara. Mueve la cabeza, negando con una sonrisa.—Definitivamente, la sangre de tu madre corre por tus venas —suspira—. Y, respondiendo a tu pregunta, sí, creo que es posible. Mi cuñada ha usado esos temores para doblegar a mi hermano… Cada vez que quiere tenerlo a sus pies.Annie guarda silencio por unos segundos, sus pensamientos analizan esa nueva posibilidad.—No pensé que mamá fuera tan cruel… —murmura, dejando escapar una sonrisa burlona—. Aunque, si eso le ha servido para mantener a papá a su lado, como dicen: "en el amor y en la guerra todo se vale".De pronto, chasquea los dedos. La ropa que vestía d
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