>>> Adalet: —¿Es así…? —pregunté sin creer del todo. Mi corazón estaba lleno de asombro, dudas y temores. Ese hombre se detuvo en seco, volvió su mirada hacia atrás en dirección a las profundidades del bosque, con cautela. —Tengo que irme. Nos veremos en otra ocasión, Adalet —pronunció mi nombre de una manera que llamó mi atención, no era odio, mucho menos cariño, era… ¿Costumbre? Alem se marchó, su figura perdiéndose entre la espesura de los frondosos árboles Y… ¡ENTONCES REACCIONÉ! —¡ESPERA! —grité corriendo hacia él. Mis pasos entre las raíces y hojas secas de las profundidades oscuras del bosque bajo ese atardecer. "¡MALDICIÓN! ¡No se puede ir y dejarme aquí! ¡¿Cómo carajos volveré?!" Pensé, segundos después… Reaccionando, ¿y si lo hizo a propósito? ¿Y si lo que él quería, era que utilice el anillo, mi poder, ese dichoso portal? Tenía sentido. Mis pasos se detuvieron. —Tengo que pensar en el lugar, en el templo… Y en… —el primer recuerdo que lleg

>>> Narrador: Esa mañana despejada. El aire estaba impregnado de un aroma a tierra húmeda y la luz del sol comenzaba a filtrarse entre las hojas de los árboles. Las esporas blancas y brillantes danzaban en el aire alrededor de las ruinas de ese antiguo edificio. Alfa Zefor se encontraba ahí, su figura imponente destacándose contra el fondo natural, con los ojos dorados brillando como el oro a la luz de la mañana. En su interior, una tormenta de emociones se desataba. —¡No podemos quedarnos aquí, Alfa! —exclamó Renna, la loba rubia de ojos dorados opacos, que había estado a su lado, tratando de calmarlo. Su voz temblaba de frustración—. Adalet está desaparecida, y la manada no puede estar sin su Alfa. ¡Tiene que volver, majestad! Zefor la miró con desprecio. Sabía que Renna tenía sentimientos por él, pero eso no lo llevaba a considerar sus palabras con seriedad. Cada palabra que salía de los labios de Renna le sonaba distante e irrelevantes, una distracción que no podía perm

Adalet sintió la presión de la mirada de su marido, pero estaba decidida. —He estado estudiando… Sé cómo funciona la magia negra… Al menos cómo usar mi poder para romper este sello… —le explicó con brevedad esa hembra de ojos verdes esmeraldas. Concentrándose, levantó las manos y cerró los ojos, canalizando su energía. Un resplandor púrpura comenzó a emanar de sus dedos. Zefor observaba, su mente luchando con la idea de confiar en ella. Y en ese momento, su lobo interior, Zik, comenzó a hablarle. «No confíes en ella. Podría estar del lado del brujo», advirtió Zik, su voz resonando en su mente. «Recuerda cómo era antes. No sabía casi nada de este lugar… ¿Ahora de la nada, sabe tanto? ¿Recordó después de desaparecer?, es extraño…» Zefor sintió que la desconfianza crecía, pero se obligó a permanecer en silencio, observando a Adalet mientras ella pronunciaba un hechizo. Los símbolos del sello, comenzaron a brillar intensamente y de repente, explotaron en una lluvia de luz. POF~