AlexeyDesde que se fueron los chicos, Mapa había estado melancólica, por un rato lloró en mi pecho. Luego llegó la cena y nos entretuvimos comiendo, para ese cuerpo delgado y con cada cosa en su puesto comía demasiado y no tenía sobrepeso. Ya eran pasadas las nueve, y continúa nostálgica. La verdad es que no sabía qué hacer. Fuimos criados como primos, pero a ella no la veía de esa manera, en cambio, con Euma sí.—¿Ya estás mejor, Vainilla?Negó. Me abrazó por la cintura y tenerla entre mis brazos me daba tanta paz. Nos quedamos mirando la película por unos minutos hasta que comenzó a quejarse de nuevo y se pasaba la mano constantemente por los muslos. «Hacerle masajes», eso había dicho la mesera.—Vamos a tu cuarto, para que puedas acostarte, y espero terminar la película.—Bien. —bajó la mirada.¿Ahora qué dije? Esperé que saliera del baño, seguía con su carita triste, María Paula… «Estás jodiéndome».—¿Te duelen mucho las piernas?—Sí, más que dolor es pesadez, cansancio, fastidio
Leer más