Capítulo 45Vicente dio un paso tembloroso, con los ojos vidriosos y el alma hecha trizas.Por fin, después de un infierno sin fin, Amelia estaba frente a él. Tan real, tan cerca y, al mismo tiempo, tan lejos.Antes de que pudiera extender una mano temblorosa hacia ella, Matthew se interpuso como una muralla de concreto. Colocó su mano firme en el pecho de Vicente, cortando cualquier intento de acercamiento. Amelia, sin pensarlo, se refugió detrás del Alfa, buscando alejarse de su pasado.—Aléjate de ella —gruñó Matthew, con una furia que helaba con su aliento el lugar—. No tenemos tiempo para tus estupideces.Vicente se quedó inmóvil, paralizado. Frente a él, estaba el lobo que le había arrebatado lo único que alguna vez creyó suyo: el corazón de Amelia.En un arranque desesperado de orgullo, intentó golpearlo, pero Matthew fue más rápido. Esquivó con agilidad el puño, y Vicente cayó al suelo con un golpe seco, quedando en ridículo ante los ojos de todos.El silencio fue absoluto.V
Leer más