SOPHIE La madre de Chris no es capaz ni siquiera de mirarme y lo entiendo a la perfección pues si algo le sucede a su hijo será por mi culpa. Tengo un nudo en la garganta pues espero que al menos alguien salga a decir algo, pero nada sucede. Tengo que quedarme sentada, respirando profundo por el dolor de espalda, aguantando estas sillas incómodas mientras mi cabeza da demasiadas vueltas como para pensar en otra cosa. ¿Cómo podría? El padre de mi hijo acaba de entrar en cirugía y no tenemos noticia alguna. Me duelen las piernas, las manos de tanto que me las he torcido y hasta podría decir que me duele el respirar. Cuando volteo a ver a su madre, noto que mi madre me está mirando con demasiada tristeza en sus ojos mientras yo agradezco que esté aquí. No sé qué habría hecho sin ella ya que me mantiene hidratada, también me trae comida, pero lo esencial es que fue capaz de hacerse cargo de mi suegra pues yo no lo habría hecho. Mi bebé para mí es lo más importante por lo tanto cont

SOPHIE.Con Chris ene ste estado, las horas siguientes son una constante en mi vida. Nada se mueve, solo el sonido de las máquinas que lo mantienen se oyen en el cuarto mientras que a mi alrededor todo sigue igual.Yo en la misma posición, él en el mismo lugar, nada cambia. Ni siquiera sus reacciones y eso me estresa demasiado.Paso los siguientes días, pierdo la noción de cuántos, yendo y viniendo de casa al hospital, dejando de lado absolutamente todo en mi vida excepto el cuidarlo. Me he dedicado cien por ciento a mi esposo, a su recuperación a rezar incluso creyendo que alguna obra divina se hará sobre él en los próximos días y solo hago eso, espero.Mi local ha quedado en seguno plano, pero agradezco que mi madre se haya hecho cargo de eso para poder tener un poco de tranquilidad en estos momentos y en cuanto a mis revisiones médicas las hago como corresponde, aunque siempre que salgo me gustaría poder contarle a Chris que nuestro bebé crece fuerte y sano dentro de mí.Es justo a

SOPHIELa incertidumbre de no saber qué pasará con Chris me tiene al límite de mi propia estabilidad emocional. Cómo si no fuera poco tener que lidiar con todo lo que pasa entre nosotros y ahora mismo en este momento donde no sé qué nos depara el futuro, los medios de comunicación se ven involucrados también, haciendo que todo se vuelva un maldito caos de mierda. Respirando profundo volteo a ver a la madre de Chris quien me observa con demasiada preocupación. —¿Cómo supieron esto? Se supone que nadie lo sabría.Sacudo la cabeza, sintiendo el palpitante dolor punzante que no me ha abandonado desde el momento en que lo encontré en el despacho. —Le juro que no quiero ni siquiera pensarlo. —Está en las noticias, Sophie. Algo hay que hacer porque estas atrocidades que dicen sobre mi hijo... ¿cómo podría dejar que hicieran dinero a costas de su reputación? La entiendo. Viendo las supuestas noticias, veo que pasan fotografias de Christopher cuando solia trabajar en la empresa, algunas

SOPHIEJamás creí que escuchar de la boca de Chris que no recuerda nada sobre nosotros me dolería tanto, pero lo hizo.Tengo que salir del cuarto porque a decir verdad, siento que a cada minuto que transcurre, mi pecho se va cerrando cada vez más sin embargo sé que debo regresar. Está solo con el doctor y alguien tiene que oír lo que va a pasar por lo que me armo de valor, me limpio las lágrimas y finalmente respiro profundo antes de regresar al cuarto donde el hombre que creí sería el amor de mi vida, no tiene idea de lo que está pasando.Sus ojos son los primoerso en encontrarme cuando regreso, sin embargo me concentro en el doctor quien me observa con el ceño fruncido.—¿Se siente bien, señora Marshall?Ante la mención de mi apellido, noto que Chris de inmediato voltea a verme y es que entiende a la perfección que mi nombre es el suyo, por lo tanto no es tan difícil aceptar la realidad.—Estoy bien—sorbo por la nariz—. Solo quería saber cuándo van a hacerle más estudios y si su...

CHRISMi madre está tan cerrada a no decirme nada que por el resto de su horario no hago ninguna pregunta más con respecto a mi pasado. En silencio he intentado varias veces en recordar cómo demonios es que terminé en este lugar, intentando hilar algo que no puedo recordar siendo este ejercicio completamente inútil.Las enfermeras vienen a revisar mis parámetros, luego a entregarme mi merienda y mi cena, y finalmente el turno de mi madre termina dando lugar a unas cuantas horas en solitario, las cuales necesito realmente.—Dios, espero que nada le haya pasado a Sophie—menciona mi madre mirando su reloj de la muñeca—. ¿Por qué estará tardando tanto?Su preocupación es contagiosa.—¿Siempre suele llegar tarde o algo así?—Jamás. Sophie es de las personas más puntuales que conozco, además nunca deja su móvil sin responder.Me acomodo en la cama, observándola con el ceño fruncido.—¿Hace cuánto intentas comunicarte con ella?—Más o menos media hora—susurra, revisando su móvil—. Hijo, en s