Capítulo 43.
SOPHIE
Tuvieron que sedarlo poque era imposible contenerlo. Entre cinco enfermeros intentaron calmarlo, pero al ver que era imposible, solo le colocaron un sedante frente a nosotras.
Tuve que ver cómo no lograba reconocernos a ninguna de las dos y eso me partió el corazón. Y mientras yo me quedo tiesa, su madre rompe en llanto a tal grado que le permiten quedarse con él en su habitación aunque no despertará pronto.
Y yo estoy aquí, preguntándome si esto será para siempre, si estas son las consecuencias con las que tendré que vivir.
—Señora Marshall, ¿se siente bien?
Parpadeo, regresando a la realidad donde el doctor me lleva lentamente hacia un asiento sin perder de vista la habitación de mi esposo.
—¿Quiere beber un poco de agua?
Recibo el vaso que me tienden, respirando profundo, notando cómo tiemblan mis manos de una forma en que jamás lo hicieron.
—Está conmocionada. Esto llevará un momento, solo tiene que respirar profundo.
Hago lo que me pide. Sigo su respiración, intento calmar