Ava seguía sintiendo el hormigueo en los labios mientras miraba a Ethan salir apresurado de la cocina. Adrián, sentado con el teléfono de Ava, no había prestado demasiada atención a la escena, pero Ava aún tenía el pulso acelerado.—¿Sabías que cuando te besan de sorpresa es técnicamente una invasión de tu espacio personal? —murmuró Ava, más para sí misma que para alguien en particular.Adrián alzó la vista, con una sonrisa traviesa.—¿Te besó? ¿Papá te besó?Ava se sobresaltó y negó con rapidez.—¡No!—Sí, lo hizo. Lo dijiste. —Adrián rió, divertido—. Papi nunca besa a nadie. No frente a mí.—No fue un beso, fue… —Ava hizo un gesto vago con las manos, buscando una excusa—. Un accidente.Adrián la miró con una expresión astuta, como si no le creyera ni una palabra, pero antes de que pudiera responder, Ethan apareció de nuevo en la cocina, aún con la camisa desabrochada y el ceño fruncido.—¡Maldita sea! —maldijo en voz baja, sacando su teléfono del bolsillo.—¿Qué pasa, papi? —pregunt
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