Anton se había acostado con la sensación de haberlo arruinado todo. La noche anterior había sido un desastre. Se sentía incapaz de preguntarle a Yalens sobre su relación con Leroux, y ese silencio se había convertido en una barrera entre ellos. Hoy era la carrera, pero su mente estaba en el aniversario de bodas de mañana. Sabía que tenía que arreglarlo. Una agitación en su pecho lo hizo saltar de la cama. Se sobresaltó cuando la puerta de la habitación de Yalens se abrió. No la había oído levantarse y el sol aún no asomaba. Se levantó rápidamente, abrió su propia puerta y la vio. Se dirigía hacia la salida de la mansión. —¿A dónde vas? ¿No vamos a ir los dos a Hockenheimring? —preguntó Anton desde lo alto de la escalera, con la voz llena de confusión. Yalens regresó su mirada hacia el hombre, su rostro enmarcado por unas gafas de sol que parecían demasiado grandes para la tenue luz del amanecer. Levantó una ceja y negó con la cabeza, una sonrisa burlona asomando en sus labios. —Pue

Anton había estado en un extraño trance durante toda la carrera, su mirada fija en el auto de Yuna, el corazón latiendo al mismo ritmo que el motor. Cuando ella cruzó la línea de meta y ganó, sintió una oleada de excitación que lo desconcertó. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué se sentía tan extasiado por la victoria de una completa extraña? A su lado, Inés, con una expresión de desprecio apenas disimulada, apretaba los puños. La ira le bullía en las venas mientras veía cómo su hermano se marchaba del palco. Era el momento de actuar. Cuando Anton vio a Yuna en la pantalla, con una sonrisa de felicidad genuina, rodeada de festejos y siendo llevada en volandas al podio, sintió una alegría que le llenó el pecho. Era la misma sensación que le producía Yalens. Ella era igual de especial, de única, capaz de generar un movimiento en las masas. —Anton, me duele mi tobillo —gimió Inés teatralmente, con la voz llena de angustia. El sonido la devolvió a la realidad. Se dio cuenta de que no solo

Una incesante vibración despertó a Yalens, su cuerpo estaba adolorido al igual que su corazón, aunque se había entregado en cuerpo y alma a Anton, su corazón lo había sacado de la ecuación, solo había sido pasión desbordada lo que había experimentado. Vibración 📳 Nuevamente ese sonido asfixiante, se levantó sin expresión en su rostro y poso una bata sobre su cuerpo regresando su mirada a la mesa de dónde provenía el sonido, se dio cuanta que era el celular de Anton. «¿Qué sucederá?» se preguntó. Camino hasta la mesa pero dudo en tomarlo, cuando la pantalla volvió a iluminarse era una llamada entrante de Ines, su estómago se estrujó haciéndola doblar, pronto las llamadas se detuvieron y un mensaje ingreso. Con su mano temblorosa deslizó la pantalla pudiendo observar el contenido del mensaje Ines:[Anton por favor respóndeme, se que estás con ella, pero sabes que te quiero, por favor no dejemos lo nuestro, no me importa si nos toca esconderlo del mundo] Yalens soltó una car

De camino a Nekarau, Anton escribió a Dustin que investigara el suceso, era extraño que quisieran secuestrar a Ines. >>¿Porque, quien y para qué?<< Se preguntaba. Ines viajaba observando por las ventanas del auto, luciendo perdida en sus pensamientos. —No te preocupes envíe a investigar que querían esos tipos. —¿Crees que fue mi padre, estuvo insistente nuevamente sobre el matrimonio?— inquieto Ines luciendo angustiada, mientras apretaba sus manos sobre sus piernas. —Solo ten más cuidado... Pide a tu hermano que te ayude con tu auto. Anton murmuró viendo cómo la joven lucia devastada con la idea de que su padre actuara de esa forma, era un hombre cruel y manipulador. Ines asintió. Al llegar a la antigua mansión Reymond Anton se sintió extraño, como era que Brian y Ines ahora vivían en ella, porque precisamente esa propiedad. Y el recuerdo de la segunda vez qué estuvo allí golpeo su estómago haciendo que se sintiera mareado. ~°•~ Cuando el compromiso de Dayann con Is

Anton salió con una expresión sombría del consultorio de su médico de cabecera, había estado toda la mañana en exámenes y el gallego había informado que había consumido una cantidad considerable de Butalbital, un barbitúrico que causa relajación y somnolencia inmediata. ¿Ines lo había drogado? Era su mayor duda y preocupación, su médico le indico tener cuidado con el consumo de estos medicamentos ya que tienden a generar adicción. —¿Señor se encuentra bien?—inquirio Dustin sacando a Anton de sus pensamientos. —¿Si que has averiguado, de lo sucedido anoche con Ines y dónde está mi esposa? Las palabras de Anton sonaban intranquilas, pesadas y agobiadas cómo lo eran sus pensamientos en ese momento. —Si señor acerca de los hombres ya están bajo el control de los federales y respecto a la señora tomo un viaje está madrugada a Génova. —Muy bien consigue un adelanto en mi vuelo a Génova y vamos a ver a esos hombres. Dustin asintió y siguió a Anton con desasosiego. •°•°• Yalens esper