Anton había estado toda la tarde en el interrogatorio de los hombres del ataque a Ines, él era testigo clave además de que quería saber quién los había contratado.

Pero solo se limitaban a que eran una red de trata de blancas que escogían jóvenes bellas para raptar y no habían sido contratados en especial por alguien, solo que habían decido que Ines sería su presa esa noche.

>>Ahí algo extraño en todo esto<< se repetía.

Después de esto Anton se dirigió al grupo Kalman dónde estuvo inquieto, así que decidió enfrentar a Inés.

—¿Anton me necesitabas? ¿Cómo sigues?”—murmuro Ines ingresando a la gran oficina.

Anton la observo sentarse frente a el sin mostrar alguna expresión extraña, todo lo contrario estaba muy tranquila.

—Bien, pero no ha sido por ello que te he llamado.

Ines levanto su ceja con dudas, mientras cruzaba sus piernas y apoyaba sus brazos en la silla frente a Anton.

—¿Ines pusiste algo en mi bebida anoche?— pregunto Anton de forma directa mientras su espalda estaba