Daniel asintió con la cabeza, y ambos desayunaron juntos. Al terminar el desayuno, Isabella propuso donar dinero al orfanato que la había acogido años atrás.—Sin ese orfanato no habría la Isabella de hoy, ahora que he encontrado a mi familia, no debo olvidar de dónde vengo y debería agradecerles —dijo Isabella con mucha sinceridad.Daniel se sintió muy complacido al escucharla, pero dijo:—No necesitas preocuparte por eso, ya ordené que donaran un edificio al orfanato hace tiempo.Al escuchar esto, Isabella reflexionó un momento y dijo:—Pero eso fue lo que hiciste por mí, yo también quiero contribuir con algo propio, aunque mi dinero sea el que tú me das.—Tú donaste un edificio, entonces yo donaré algunos libros e ilustraciones para que lean los niños, ¿qué te parece? —agregó Isabella.Daniel pensó que era factible, todo esto era una muestra del cariño de su hermana, así que asintió en acuerdo.—Perfecto, mañana iré a coordinar con la directora para ver qué cosas comprar —sonrió Isa
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