Capítulo 5 – Ritmo en la Sangre El sol comenzaba a caer en Río de Janeiro, pero el calor no cedía. Era como si el verano se negara a soltar la ciudad, aferrado a sus calles, sus cuerpos, su ritmo. En el galpón techado de la Escola de Samba Beija-Flor, el aire era una mezcla densa de tambores, sudor, cuerpos en movimiento y olor a alegría. Olía a piel caliente, a tela húmeda, a glitter pegado con fuerza, a esfuerzo compartido… a samba viva. Las paredes de chapa vibraban con cada golpe de tambor, y los ventiladores colgados del techo apenas conseguían mover el aire espeso que flotaba como una niebla de pasión. Sol Geórgia, con su piel canela resplandeciendo por el aceite perfumado y el brillo, estaba en el centro de todo. Su cabello oscuro, tirante en un moño alto, dejaba al descubierto el contorno de su nuca, húmeda, marcada por las gotas que resbalaban en un hilo perfecto por su espalda. Cada paso que nacía desde sus pies descalzos hacía temblar el suelo. El ritmo subía por sus tob
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