No me conozco, de eso no tengo dudas, porque normalmente no uso orejas mutiladas para liberar mi estrés, pero, aquí estaba actuando ruda cuando no pongo en práctica la violencia que mi esposo mantiene debido a su trabajo.— ¿Oreja? — pregunta el hombre confundida.— Sí, es una oreja la que tengo en mi mano. — digo describiendo lo que estoy haciendo, porque no hay algo más violento que yo haya hecho.— Disculpe, ¿usted es?— La mujer que respondió su llamada.‘No des información, él es un asesino y tú no, así que, mejor finge ser cruel, pero no des información privada.’ Me digo mentalmente.— ¿Es consciente que tomar el teléfono del jefe de la mafia puede costarle la vida?— ¿Vas a matarme?— No, eso lo hará Maximiliano, a él no le gusta que le agarren sus
Ler mais