Mateo hizo un gesto con la mano y un grupo de guardaespaldas entró en fila, rodeando a Irina y Luciana.—Irina, estás atrapada, no puedes escapar —dijo Mateo—. Si hoy no rompes el hechizo, no verás la luz del día mañana.Héctor miró a Irina.—Irina, tu fin está cerca. ¡Rompe el hechizo ahora!Irina no mostró ni un ápice de miedo.—Valentina, tú eres la Doctora Milagro. ¿No sabes que si yo muero, el veneno del hechizo dentro de Mateo nunca podrá ser eliminado? Ustedes deberían ser los más preocupados por mi bienestar. ¡Mejor recen para que yo viva muchos años!Valentina frunció el ceño.—¡Irina, deja de hacerte la misteriosa! —gritó Daniela—. ¡Guardias, aprésenla!Los guardaespaldas avanzaron para capturar a Irina. Luciana se puso nerviosa.Pero Irina mantuvo la calma, mostrándose serena. Viendo acercarse a los guardias, no intentó huir; simplemente esbozó una sonrisa siniestra y sus labios se movieron, recitando un conjuro.En ese momento, Mateo sintió un dolor agudo en la cabeza. Gran
Leer más