Ana suspiró. Efectivamente era un mocoso rebelde en plena adolescencia. Sus ideas eran tan simples como sus extremidades.Los comentarios del chat lo atacaban aún más, a través de la pantalla estaban a punto de enfermarse de hiperplasia mamaria por la rabia que les daba.[¿De qué familia es este niño? Lo dejan suelto molestando a la gente, ¿quién se hace responsable de mis gastos médicos cuando termine en el hospital?][Hermano, ¡si no vas a esa universidad común ya no te voy a respetar!][Te lo ruego, si ya tienes la respuesta no vengas a buscar validación, no tienes ninguna relación con nosotros, incluso si abandonas los estudios, ¡esa es tu vida!][Me muero de risa, el último que habló así fue mi primo, ahora se graduó de una técnica, salió a buscar trabajo y le cierran las puertas en todos lados, gana tres mil al mes, ¡y hasta la esposa se le fue con otro!][¡Streamer, convence a este niño!][......]Ana echó un vistazo a los comentarios.Sin inmutarse, sacó su teléfono de respaldo
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