El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo con pinceladas doradas, rosadas y anaranjadas. La luz cálida se filtraba por la ventana del estudio de Clara, iluminando su escritorio donde reposaba el portátil aún encendido. Frente a la pantalla, sus ojos repasaban una y otra vez el mensaje que había recibido esa misma mañana.“Estimada Clara, estamos encantados de confirmar que su propuesta ha sido aceptada. Estamos seguros de que su liderazgo creativo aportará una nueva dimensión al proyecto. Le contactaremos en los próximos días para definir los detalles iniciales.”Clara apoyó la espalda en la silla, dejando escapar un suspiro largo y silencioso. La emoción comenzaba a tomar forma, no como un estallido repentino, sino como una ola suave que la envolvía por completo. Ya no era solo una escritora, ahora se estaba abriendo camino como directora de un proyecto editorial, un rol que jamás se había atrevido a imaginar para sí misma. El miedo aún estaba allí, como una somb
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