Adriana subió al carro, intentando calmarse, pero sus emociones salían a chorros sin que ella pudiera hacer algo.Por instinto, llevó su mano a la parte izquierda de su pecho, sintiendo los latidos irregulares de su corazón. Sonrió.¿Era acaso su mala suerte con los hombres? Pensaba que su primer error fue enamorarse de Carlos, que la traicionó. Luego, por un giro del destino, terminó casándose con José. Al principio, lo miraba con desconfianza, pero con el tiempo, después de todo lo que vivieron juntos, comenzó a admirar su inteligencia, su determinación y su sentido de la justicia. En él vio una bondad oculta, un respeto sincero y admiración profunda. Por eso, poco a poco, bajó la guardia. Se convenció de que lo amaba, de que eran una pareja basada en la confianza y el entendimiento mutuo. Pero jamás imaginó que, con toda su inteligencia, no había podido ver la verdad más simple. Él no la admiraba ni la respetaba. Admiraba y respetaba lo único dentro de ella… Lo único que
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